Bajo el mismo techo (2019)
No prometía demasiado cuando vi el tráiler, pero ha acabado siendo peor de lo que pronostiqué. Esperaba una comedia con chiste de caca-culo-pedo-pis, con Silvia Abril haciendo el cafre y Jordi Sánchez en su papel de triste, pero me he topado con una comedia bastante amarga. Su "inspiración" es La Guerra de los Rose de Danny DeVito.
El matrimonio de Adrián y Nadia termina, y de por medio hay una hipoteca y la caída del mercado inmobiliario. La convivencia en su casa invendible se enquista sin remedio. La larga ruptura, llena de disparatadas peleas, rezuma una desagradable angustia que no te deja reír ni llorar. Las escasas carcajadas del inicio desaparecen rápido. El final tampoco arregla este extraño potaje.
Cuerpo de élite (2016)
Cuerpo de élite, en cambio, sí que es la comedia burra que esperaba con Bajo el mismo techo. A rebufo de Ocho apellidos vascos, Ocho apellidos catalanes, Allí abajo y otras tantas ficciones patrias que redescubrieron eso de reírse de los tópicos, aquí deciden apuntar a todas las esquinas de la península formando un equipo con un vasco, una andaluza, un catalán, un madrileño y un ecuatoriano.
He visto la notas que suma en internet: todo suspensos. Los chistes pueden ser predecibles, y sus gracias bordean el racismo fácilmente. Pero en el momento en que la vi, quería disfrutar de algo así, y me partí el pecho. Se me saltaban las lágrimas de los ojos, literal. Cierto es que va perdiendo fuelle a medida que avanza, pero los primera media hora me supo a gloria bendita.
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