Las dos caras de la cartelera: Godzilla vs. Kong y Minari


Godzilla vs. Kong (2021)

Los cines buscan salvarse de esta pandemia. Los taquillazos siguen siendo, si no mano de santo, al menos un paliativo. En la sala se guardaba la distancia, pero la sala estaba bastante llena. Godzilla vs. Kong es una mierda como un piano. No estoy diciendo que falte crítica social, estoy diciendo que los enfrentamientos entre los monstruos no me impresionaron demasiado. Lo mejor ya sale en el tráiler.

Si Godzilla (2014) me pareció vacía de contenido, pero impresionante en su representación de las gigantescas bestias, aquí sólo hay dos bichos que se dan tortas. Es más, el rasgo sobrehumano de la primera desaparece. Tenemos a un Kong que se despierta como Paco un domingo por la mañana. Su humanización lo convierte en un carne de peluches en la FNAC.

Los personajes humanos son más planos que un paisaje holandés. Ni se presentan, ni se desarrollan, simplemente están. No tengo claro si ver Godzilla: Rey de los monstruos (2019) ayuda en algo a tapar los infinitos huecos, o cráteres, argumentales. Y los hay literales, en forma de elipsis durante la trama. Lo que sea que hayan utilizado en lugar de guion va, sin duda, de nada a menos. Te sale a devolver.



Minari (2020)

Por el título creía que era una película japonesa, pero es una creación estadounidenses sobre narra la vida de una familia de inmigrantes coreanos en la tierra de las barras y estrellas. Es la década de los ochenta. Tras años trabajando como sexador de pollos en el país, y seducido por el sueño americano, Jacob se traslada con su esposa e hijos a la zona rural de Arkansas con la idea de levantar una granja.

Las dificultades ponen a prueba los lazos que unen al matrimonio. Su segundo hijo, David, nacido en el Nuevo Continente, padece del corazón, y deben traer a la abuela materna desde Corea para que les ayude. Ella me pareció el personaje más interesante, porque es una jugadora de cartas empedernida, malhablada y despreocupada. Me rompió mis expectativas sobre su personaje.

Aunque en conjunto es bonita, no pasa de ser una producto simpático con mensaje familiar que tendrá su espacio en los fines de semana de Antena 3. Verla doblada es un error, pues la traducción al español elimina la alternancia entre el inglés y el coreano. Esta distinción es muy significativa, ya que separa a las tres generaciones del relato. Desde luego, es más recomendable que Godzilla vs. Kong.

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