Gareth Brookes es un autor de cómics experimental que descubrí a través de un tuit de Álvaro Pons. Como el timeline de la red del pajarito ni termina ni se detiene, lo abrí en una ventana aparte del navegador del móvil. Y pasaron catorce meses. Y hubo Brexit. Y decidí comprarlo. Por suerte, no me cobraron nada en aduana, llegándome relativamente rápido.
El título, Threadbare, que viene a traducirse por deshilachado, hecho jirones, habla del material con el que está hecho y de las dos historias que cuenta. En el tren, el autor escucha la charla casual entre dos mujeres. Hablan de dos antiguos amantes cuya relación o aventura les marcó. Sería un tebeo más, sin mayor trascendencia de no ser por cómo están ejecutadas.
Sirviéndose de una aguja en vez de una plumilla o un lápiz, Brookes teje literalmente la historia. Combina recortes de diversos materiales con figuras realizadas en punto de cruz. Vemos el anverso y el reverso del bastidor, el bonito frontal y la cara oculta donde se ve el enjambre de hebras retorciéndose. Estos hilos también representan las conexiones físicas, emocionales, digitales entre los personajes.
Obviamente, el cómic que nos llega no está tejido. Son fotografías del trabajo realizado por el autor, pero la calidad es muy buena. Da la sensación de tener la pieza original. Notas las texturas, los volúmenes. Me pareció una idea genial cuando leí el tuit, pero tenerlo en mis manos me ha confirmado la absoluta genialidad que es.
No es sólo la técnica, sino cómo ha encontrado una narración que se ajusta a la perfección. Cómo lo enfoca, cómo consigue transmitir la profundidad, el hondo sentir de las dos protagonistas y lo mucho que les marcaron sus breves, pero intensas relaciones. Sin duda, ha sido uno de mis cómics favoritos de 2021, una pequeña joya que vale la pena guardar como oro en paño.
Web del autor: https://www.gbrookes.com/
No hay comentarios
Publicar un comentario