Pese a tener una extensión similar, unas escasas 160 páginas, tardé casi un mes en concluir Un altra vida, encara de Theodor Kallifatides. Mi madre de Yasushi Inoue apenas me duró cuatro días. No estoy en mi mejor racha lectora, y tal vez me estancara con Kallifatides, pero recuerdo que su libro me conmovía profundamente cada vez que lo retomaba.
Inoue, en cambio, se limita a exponer. Estoy acostumbrado a ello con la literatura japonesa: a la simplicidad, a la descripción directa, a la prosa sin florituras. Pero también espero de este mismo estilo una finura y una belleza que me encandilen, una declaración de los sentimientos sincera y sin hipérboles que desarme cualquier respuesta, que me enmudezca.
Mi madre, desgraciadamente, sólo consigue provocarme malestar. Es un relato desangelado, cruel y machista. Narrado en primera persona por uno de los hijos varones, el lector es testigo del proceso neurodegenerativo de su madre, a quien le diagnostican la enfermedad de Alzheimer. Su cuidado, sin embargo, recae únicamente sobre las mujeres, sean las hijas, las esposas de los hijos o la nieta.
El Yo que hilvana el relato apenas se hace cargo de ella. Lo describe todo desde una distancia difícil de entender. Se centra en su propio malestar y apenas perfila el esfuerzo de las hermanas, de su cuñada, o de su mujer. A la relación de su hija con la abuela sí que le dedica mayor atención, pero no llega a transmitir el agotamiento mental diario que padecen.
Duele la crueldad extrema con la que los nietos se burlan de la abuela a medida que su memoria falla y las anécdotas entras en bucles infinitos. Y sorprende que los padres no los censuren con mayor severidad. Realmente sentí que, dentro del utilitarismo de la sociedad nipona, los familiares enfermos son sólo vistos como una carga y un estorbo.
La falta de afectos entre ellos, otro aspecto muy arraigado de la cultura japonesa, tampoco mejoró mi lectura, que no hacía más que empeorar. Hasta la narración carece de estímulos, y resulta demasiado repetitiva. Como en un episodio de anime, cada capítulo nos vuelven a explicar lo que ya se detalló en el anterior sin información nueva ni variación en el punto de vista.
Esto se debe a que Mi madre es la recopilación de tres escritos autobiográficos que Yasushi Inoue concibió en distintas etapas de la enfermedad de su propia madre. Entiendo que como testimonio del autor y de la época (1975) puede tener valor. Acaso tal vez también dentro de la literatura japonesa. En lo personal, me dolió y me aburrió. De haber sido una novela más extensa, la hubiera abandonado.
2 comentarios
Me interesa lo que dices sobre el hecho de despertar o no la emoción en el lector. Estoy reescribiendo un libro que dejé un tiempo en standby y el trabajo en parte consiste en lograr transmitir la emoción que subyace en los hechos relatados. Gracias por tus comentarios. Espero que sigas escribiendo por tu lado. Un abrazo!
Igualmente. Te deseo buena escritura. ¡Un abrazo!
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