Big Fish (2003)
Al igual que Independence Day, Big Fish fue una de esos éxitos de la gran pantalla que dejé pasar en su día y aún tenía pendiente. Basada en una novela de Daniel Wallace, narra la vida de Edward Bloom, un hombre cuyas historias beben más del realismo mágico que de la biografía. Es un guion simpático con algunos momentos un tanto empalagosos. Tim Burton mezcla con acierto la fantasía con la realidad. EL final me pareció hermoso y emotivo.
Four Lions (2010)
Esta comedia negra sigue a cuatro terroristas islámicos nacidos en Gran Bretaña que pretenden inmolarse en pro de la yihad. Pero ninguno de ellos tiene demasiadas luces ni talento para suicidarse. La vi en inglés y me reí, más por lo ridícula que son la mayoría de las situaciones que por la excesiva subnormalidad del elenco protagonista. Debido al tema que trata y la crudeza documental con el que está rodado, alguna escena se me hizo cuesta arriba.
Los hermanos Sisters
(The Sisters brothers, 2018)
La escena que abre la película me encantó, con el fogonazo de lar armas incendiando la negra noche. Hasta más allá de la mitad me tuvo encandilado: por los personajes, por la historia, por el tono, por la fotografía, por el ritmo,... Pero como el western crepuscular está empeñado en romper los moldes del género, el director optó por echar por tierra toda la tensión acumulada durante casi dos horas y acabar con una disfunción eréctil. Podría haber tenido un cierre espectacular.
Un amor imposible
(Un amour impossible, 2018)
Un amor imposible de Catherine Corsini es de los films más angustiosos que he visto este año. En los años 50, una joven de una pequeña localidad del centro de Francia se enamora de un joven de familia burguesa. El romance se convierte en un torbellino obsesivo y tóxico. El relato apenas te deja respirar, te asfixia con la sensación de que algo terrible va a suceder. Su reflexión acerca de la guerra de clases me costó de entender y sólo me quedó el mal rato que pasé.
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