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Rambla, 36 |
Hemos ido tres veces. Dos sólo tomamos cócteles y estaban buenos. Casi la totalidad son con alcochol pero los hay sin. La tercera fuimos con amigos y pedimos también tapas. Las raciones eran caras y pequeñas. Recuerdo que las bravas estaban requemadas y las croquetas venían cuatro clavadas por parejas en dos pinchos. Para más inri, parecía que hubieran mezclado los cócteles con una batidora.
Es una pena porque las primeras veces habíamos visto platos muy llamativos (mini hamburgesas, un bocadillo en una flauta fina pero muy larga) pero tanta pijería para una calidad muy inferior al coste hizo que nos marcháramos con muy mal (y escaso) sabor de boca.
Tienen web pero he retirado el enlace porque daba aviso de "software malicioso".
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