Ciudadano doliente convocado como Segundo Vocal para las Elecciones Municipales telefonea a la Junta Electoral de distrito una semana y media antes.
–Junta Electoral, dígame.
–Hola, buenas. Llamaba porque he sido convocado como Segundo Vocal para las elecciones y, bueno, me dieron el alta en el hospital hace unos días por un cólico. Y no he sacado la piedra. Quería informarme de si, en caso de sufrir otro ataque y no poder ir, cómo debo avisar o con cuánto tiempo de antelación debo hacerlo.
–Pero, ¿cuánto hace que recibió el aviso?
–¿El de hacer de vocal? Pues hará ya un mes, ¿por qué?
–Hombre, es que si ya hace un mes... Debería haber avisado cuando lo recibió.
–Errr... pero es que hace un mes yo no tenía ningún cólico. La piedra la tuve la semana pasada.
–Ah, un momento.
La telefonista se aleja, pregunta a alguien y vuelve al aparato.
–Sí, no hay problema.
–Mm... ¿No hay problema?
–Que si se da alguna complicación respecto a su salud, entregando el justificante, no hay problema.
–O sea, aun siendo es el mismo día, no hay problema.
–Exacto. Con que se presente y entregue el justificante en el local de las votaciones es suficiente.
–Ya... pero si tuviera un cólico, yo no podría ir porque estaría en el hospital. Podría ir otra persona, entiendo.
–Eh... sí.
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