Mangas gatunos: El dulce hogar de Chi y La abuela y su gato gordo de Konami Kanata

Cartel del Salón del Manga de Barcelona
de 2015 dibujado por Konami Kanata


Existen mangas de todo tipo: para niños, para adolescentes y para adultos; para ellos, para ellas; de amor y de deportes; de humor y trágicos; adaptaciones de novelas y hasta sobre textos de filosofía; con superguerreros o cocineros habilidosos; sobre hombres que pasean y hasta sobre gatos.

Konami Kanata es una de las mangaka (dibujante de manga) más exitosas de este último género. Empezó a dibujar en revistas de Kodansha y en 1986 obtuvo su primer gran éxito, Fukufuku Fu-nya~n, traducido en España por Planeta Cómic como La abuela y su gato gordo (que, en realidad, es una gata).


La serie es una sucesión de historietas cortas que tratan en tono humorístico la vida cotidiana de una anciana y su mascota, pasando por las distintas estaciones del año. Es fascinante cómo el manga consigue esa capacidad de observación, de sosegado entretenimiento voyeur.

A traveś de argumentos simples, que no sencillos, Kanata consigue sus gatos no dejen de comportarse como gatos. ¿Cómo reaccionaría Gordita frente a una caja vacía? ¿Cómo lo haría ante un cuervo? ¿Y un día de lluvia? ¿Cómo buscaría el lugar más caliente de casa mientras su dueña hace limpieza?

Es envidiable su capacidad de contemplación, esa cualidad zen con la que en su día nos sorprendió Jirô Taniguchi es su relajante El caminante. En sólo seis páginas, la autora construye una imagen perfecta que no necesita más para comprender lo que es convivir con un gato. Y así lleva más de veinte años, publicándose todavía hoy en día.


En 2004, Kanata empezaría a publicar el que ha sido su mayor éxito internacional hasta la fecha, El dulce hogar de Chi, que ha llegado a tener su propia serie de animación. En España fue publicado por Glénat/EDT hasta el tomo 9 y, luego, cuando esta quebró, Planeta Cómic la continuó hasta su duodécimo tomo final, que vio la luz este junio de 2016.

El dulce hogar de Chi mantiene el mismo esquema de historias cortas, ahora de ocho páginas, en que el lector es testigo de la convivencia de una pequeña gatita con la familia que la recoge. Sin embargo, ahora los capítulos quedan hilvanados por una trama mayor que crea la continuidad que le faltaba a la anterior.

Chi se despista y pierde de vista a su madre y hermanas. En el parque, se encuentra con Yôhei, el niño pequeño que se la llevará a su casa para cuidarla. Durante los doce tomos, Chi intentará recordar a su madre y, hasta el final, no sabremos si volverá con ella o con se quedará con su familia adoptiva.

Además, y esto es raro en el manga, El dulce hogar de Chi es a color , pintado con acuarelas. Es una delicia visual. La línea clara de Kanata tiene una capacidad expresiva impresionante y captura lo esencial, refinándose cada vez más.

En 2014 empezó una nueva serie, aunando las experiencia de las dos mencionadas, donde relata la infancia de Gordita, la gata protagonista de Fukufuku Fu-nya~n. Sin saber si alcanzará el mismo éxito, nos quedamos con las ganas, a la espera de su futura publicación en España.

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