Little Witch Academia es una serie de anime simpática de una chica que va a un instituto de magia con el sueño de convertirse en una bruja. Ha sid oproducida por Netflix y consta de una primera temporada de 13 episodios, y una segunda con 25. La animación es buena. La historia es previsible pero entretenida. Durante la última temporada hay episodios extraños, como si fueran de relleno. Algunos se desviaban de la trama principal para tratar alguna tontería, o su tono no acababa de cuajar. El final, sin embargo, es más que satisfactorio y cierra muy bien la aventura de la pequeña aprendiz.
Esta serie de humor agridulce sigue la vida de Retsuko, un panda rojo que trabaja de secretaria en una de las numerosas oficinas japonesas. Desgraciadamente, no sólo sufre la monotonía de una rutina gris, sino que tiene que aguantar los gruñidos de su director y la lengua viperina de su jefa quienes, no en vano, son un cerdo y una serpiente. Su única fuente de escape es cantar heavy metal encerrada en el baño o en el karaoke. Son diez episodios de un cuarto de hora cada uno, ligeros y divertidos, que hacen mofa de las costumbres sociales y el ritmo de vida actual.
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