Y cuatro pelis más: La buena estrella, Yo Tonya, También la lluvia y La jeune fille sans mains

La buena estrella (1997)

Tenía vagos recuerdos de haberla visto de adolescente a las tantas de la madrugada por la 2, pero la escena que tenía en mente no se ajusta a lo visto ahora. La memoria engaña. La buena estrella es una película, pero tiene sabor de obra de teatro: por las elipsis constantes, por los parlamentos poco naturales de los personajes y por la sobriedad de los planos.

El conflicto amoroso entre un carnicero beato, una joven maltratada y el novio que la condena reflejan la fatalidad de una tragedia clásica. Todo avanza hacia un precipicio y los personajes son incapaces de salirse de su encorsetado papel. Interpretativamente es interesante, pero se me hizo tan lenta que me costó terminarla.


Yo, Tonya (I, Tonya, 2017)

"La mejor película del año" reza el cartel. He estado mirando rankings de 2017 y, aun pareciendo no ser muy potente fílmicamente, en ningún top-10 aparece Yo, Tonya. Y doy gracias, porque este biopic de la controvertida patinadora sobre hielo Tonya Harding nos ha parecido, tanto a mi pareja como a mi, bastante mala.

Hay decisiones incomprensibles, como utilizar a los mismos actores para interpretar la adolescencia de la deportista. Es inverosímil y cutre a nivel de Al salir de clase. No son mucho mejores los efectos especiales, que se resumen en pegar mal la cara de Margot Robbie a una patinadora real haciendo piruetas. Tampoco tiene un estilo coherente. Resulta insatisfactoriamente irregular.


También la lluvia (2010)

Iciar Bollaín, directora de la estremecedora Te doy mis ojos, vuelve con otra película de denuncia. Una productora hispano mexicana llega a Cochabamba, Bolivia, para rodar una recreación histórica de la llegada de Cristóbal Colón a las Américas. Paralelamente, la gente de la región está luchando contra una compañía que busca privatizar el agua de la región.

El conflicto de ambas historias, la ficticia y la real, se retroalimentan. El elenco reflexiona sobre la conquista de las nuevas Indias de hace cinco siglos con la situación actual, llegando a encendidos debates, nada comparable con la sangre vertida en las calles. Buenas interpretaciones para una historia que no deja en absoluto indiferente.


La doncella sin manos (La jeune fille sans mains, 2016)
Esta película de animación tiene una historia extraña, inspirada en un cuento homónimo de los hemanos Grimm que desconocía. Un molinero pobre hace un pacto con el diablo a cambio de riquezas ilimitadas. Sin saberlo, está ofreciendo a su hija quien, al rehusar marcharse con el demonio, perderá sus manos.

Mutilada, la chica huirá. El resto me pareció poco común para un cuento tradicional, pero se ajusta bastante al escrito original. Lo importante, sin embargo, es la animación minimalista, que da vida a bocetos (líneas, manchas de pinturas) para crear todo un mundo. Sin duda, es novedoso, pero el conjunto me aburrió mucho.

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