Representaciones del Infierno: El faro y 1917

El faro (The Lighthouse, 2019)

Con una fotografía en blanco y negro espectacular, y dos grandes interpretaciones de Willem Dafoe y Robert Pattinson, El faro se precipita durante casi dos horas hacia la vorágine alucinógena que cualquiera que haya visto el tráiler esperaba ver. Uno de los mayores miedos que vienen con dicho avance es que el delirio se vuelva demasiado absurdo para hacer potable la película.

Pero no es así. La locura de los dos fareros aislados va en aumento sin que parezca que nada pueda detenerlos, y aún incluyendo sueños y una perturbadora relación con la luz en la cima de la torre, la progresión está muy bien dirigida. Embelesados con las imágenes y aturdidos por el batir incesante de las olas, nos dejamos guiar por la profunda voz de Dafoe hacia el fondo de este averno salado.


1917 (2019)

Si bien el guion de 1917 es cliché y con un desarrollo de personajes predecible, aburrido si no te interesa el género bélico, cabe decir que la inmersión en las trincheras de la Primera Gran Guerra deja con la boca abierta. Las zanjas que cuartean el mapa de Europa son infinitas como las paladas de los pobres soldados caídos.

Impacta la desolación de los lugares arrasados, un crescendo de aniquilación que sólo nos da una tregua en mitad del filme en forma de inmenso prado verde. Sólo es un remanso que nos permite tomar aire antes de lanzarnos a las llamas del infierno en la Tierra. La teatralidad que impone su plano secuencia de dos horas crea un lenguaje cinematográfico que no dejará indiferente al espectador.

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