Pan-Pan A tiny big adventure es un juego de puzles de estética simpática y controles muy sencillos. Empieza cuando una astronauta se estrella en un planeta extraño habitado por criaturas con las que apenas puede comunicarse. Sus indicaciones son vagas, pero uno comprende desde el primer momento que debe colaborar con ellas para poder arreglar la nave.
Para llevar a cabo las reparaciones necesitan unos módulos o baterías con formas geométricas ubicados en distintos puntos del mapa, cuyas zonas iremos desvelando mediante exploración. Cada pieza está escondida al final de un rompecabezas. Como las pruebas no se encuentran en niveles aislados, sino desperdigadas por el terreno, no accedemos a ellas de manera lineal.
Esto impide saber de antemano en qué orden hay que resolverlas. Me sucedió con un puzle en el que me encallé a falta de un objeto que se conseguía en otra prueba. Lo gracioso es que cuando me hice con él, no supe volver al sitio donde debía utilizarlo. Y no es que el mapa sea muy grande, sino que mi sentido de la orientación es muy reducido.
A veces la lógica para descifrar ciertos retos es una tanto marciana. Hubo un par que solucioné a base de ensayo y error porque no los entendía. Acertando todo del tirón, dura apenas media hora. Yo me lo pasé en cuatro tandas, y me tuvo entretenido algunas horas. Por los 12,99€ de Steam no lo hubiera comprado, pero por los 5€ que cuesta en Switch bien merece la pena.
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