La Batalla de los sexos, un episodio en la lucha por la igualdad salarial en el deporte


La batalla de los sexos
(Battle of the Sexes, 2017)

Desconocía la llamada "Batalla de los sexos" en el mundo del tenis. Esta película, encabezada por Emma Stone y Steve Carell, habla del partido de exhibición entre la campeona Billie Jean King y el exjugador Bobby Riggs, quien aseguraba que aun retirado podía vencer a cualquier mujer. La historia trata también del nacimiento de la Asociación de Tenis Femenino (WTA) y profundiza en la vida personal de King.

En 1968 los Grand Slams permitieron a los jugadores profesionales competir contra amateurs, dando comienzo a la Era Abierta (Open Era). El primer torneo abierto de Wimbledon (1968) fue ganado por King en su modalidad femenina. Su premio fueron 750 libras esterlinas. El vencedor de la modalidad masculina, Rod Laver, por su lado, se embolsó £2,000.

Esta desigualdad fue creciendo hasta que en 1970 la cosa explotó. El torneo de Los Ángeles ofreció la mayor desigualdad de premios entre hombres y mujeres hasta la fecha a razón de 12:1 en detrimento de las competidoras. El top 9 femenino decidió salirse del circuito para crear el suyo propio con la ayuda de Gladys Heldman, editora de la revista World Tennis Magazine.

En paralelo a estos sucesos, se nos presenta a Bobby Riggs, un tenista retirado con problemas de ludopatía a quien se le ocurre organizar una serie de partidos entre hombres y mujeres. Con la excusa de demostrar la superioridad masculina, Riggs aprovechó para organizar bastantes apuestas. Lo que para él es un simple show, para las jugadoras es una prueba de su valía ante el público.

En este punto la película tiende al maniqueísmo, a la simplificación de los hechos, ensalzando claramente la opinión que tenía el público de Riggs, y silenciado los apoyos a King. Si bien está claro que el machismo campaba a sus anchas, las grabaciones de aquel día documentan cómo sí hubo celebridades que defendieron que King ganaría.

La respuesta llega con el gran partido. Y como me sucedió con la película Borg McEnroe, el partido me decepcionó. No me pareció todo lo vibrante que podría haber sido. Pienso que el cine debería ser capaz de mostrar tomas más impresionantes que las típicas fijas de una retransmisión televisiva. Me supo a poco para la expectación generada.

El vestuario y la peluquería de los personajes tampoco me entusiasmaron. Parece que Emma Stone y Steve Carell vengan de una fiesta de disfraces, pelucas incluidas. En conjunto, obviando estos detalles estéticos, la película me resultó interesante por la luz que arroja acerca de unos acontecimientos que probablemente muchos seguidores del tenis ignoren.

El guion no profundiza mucho más. Pareciera que la lucha feminista hubiera concluido con el resultado del partido. Fue una gran victoria moral, sin duda, pero a día de hoy, más de cincuenta años después, las voces discordantes siguen ahí. Entre ellas se cuentan nada más y nada menos que las de Nadal y Djokovic. La Batalla de los sexos es una película necesaria, pues queda mucho por remar.

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