Los primeros álbumes de Lucky Luke. Morris en solitario


Morris, alias de Maurice de Bévère
Creador de Lucky Luke

A raíz de la traducción al español del elogiado álbum Un cow-boy dans le coton (2020), y con el recuerdo sonriente de Choco-Boys, caí en la cuenta de que mi relación con Lucky Luke en la infancia había sido puramente animada. A diferencia de Astérix o Tintín, que iluminaron mis estanterías de niño, el vaquero más rápido que su sombra brilla tanto como ella.

Probé suerte en el catálogo de Kindle Unlimited y descubrí que contiene la mayoría de sus álbumes clásicos. Si bien pertenecen a una editorial estadounidense llamada Cinebook y están en inglés, la calidad de la digitalización es excelente, añadiendo incluso la lectura viñeta a viñeta. He podido disfrutarlos sin problema tanto desde el ordenador como desde la pantalla del teléfono móvil.

La sorpresa llegó cuando, tras leer el primero y el segundo de la colección, Billy el Niño y La ciudad fantasma, supe que no ocupan ese puesto en la colección original. No sin motivo me había dejado asombrado que, comparado con Astérix y Tintín, el estilo gráfico de su autor, Morris. estuviera tan asentado desde el comienzo. Pero no, me había saltado sin saberlo veinte números, es decir, quince años.

Con Lucky Luke parece que no se suele respetar el orden de aparición de la serie. Lo he comprobado y la edición española de Kraken también lo ignora. Acaso tenga que ver con que las peripecias del cowboy suman a día de hoy ochenta tomos, mientras que el pequeño galo de Goscinny y Uderzo tiene "sólo" treinta y nueve, y el reportero belga de Hergé, veinticuatro.

SUS PRIMERAS APARICIONES

Su arranque en 1946 en la revista Spirou choca a cualquier lector actual. En la historieta titulada Arizona 1880, Morris deja claro que bebe directamente de los cortos animados de la época, tales como los de Walt Disney, Looney Tunes o Popeye. Sus veinte páginas parecen el storyboard de un episodio para televisión en el que un Luke cabezón persigue a los ladrones de una diligencia.

Su segunda historieta, La mina de oro de Dick Digger, vio la luz al año siguiente, de nuevo en la revista Spirou. Dos de los ladrones de la aventura anterior vuelven a la carga para robarle a un buscador de oro el plano de su mina. Aunque el guion está algo más elaborado, sigue siendo muy simple, con diálogos insulsos y unas escenas de acción propias del cartoon.

Este Lucky Luke no es el héroe que conocemos. Sus rasgos no son los mismos, pero podríamos reconocerlo por su indumentaria. Si en el primera historieta viste camisa de cuadros y no lleva chaleco, en la segunda sólo se distingue de su versión actual por el color de los pantalones, que es negro en lugar de azul tejano.

Pero la gran diferencia no está tanto en su apariencia como en su personalidad. Lejos del cowboy parsiomonioso que conocemos, la bravuconería y la arrogancia lo dominan. Saca los puños o el revólver tan pronto como tiene oportunidad. Bebe whisky, y hace gala de su nombre en varias ocasiones, salvando el pellejo más por suerte que por inteligencia o habilidad.

SU PRIMER ÁLBUM

Como las primeras aventuras eran breves, eran necesarias como mínimo dos de ellas para completar un álbum. El primero de ellos, La mina de oro de Dick Digger (1949), reúne la historieta homónima pero, curiosamente, no la acompaña Arizona 1880, sino la tercera publicada: El doble de Lucky Luke. En ella, el vaquero es culpado de las fechorías de un forajido que es su vivo retrato.

La combinación es extraña, pues sus estilos divergen claramente. De un aspecto más caricaturesco y simple, pasamos a un cómic que se preocupa más por las proporciones y los encuadres de las viñetas. En el apartado narrativo, no obstante, son igual de pobres, con personajes tan planos como el papel en el que han sido garabateados.

SIGUIENTES ÁLBUMES

En el segundo volumen, Rodeo (1950), el aura de imbatibilidad del vaquero empieza a crecer. Canta por primera vez su famoso I'm a lonesome, poor cowboy, y sus antagonistas, aunque todavía faltos de personalidad, tienen nombres singulares, como Cactus Kid. Las historietas que lo componen aparecieron entre 1948 y 1949 en la revista Spirou, y dan fe del salto cualitativo de su dibujante.

De las páginas con viñetas sin apenas variedad pasamos al uso de diversos planos y encuadres. Los fondos son más detallados; y las proporciones, más coherentes. Esto hace que leer el tercer álbum después del segundo se convierta en un viaje en el tiempo. Y es que Arizona (1951) incluye la primera aventura de 1946, devolviendo al lector al estilo caricaturesco de los inicios.

Bajo el cielo del Oeste (1952) amalgama tres aventuras muy distintas. La primera es una carrera de caballos, mientras que la segunda trata de la captura anual del ganado, o round-up. Ambas vienen precedidas por una pequeña entradilla que da contexto histórico al lector, un recurso que Morris no había utilizado hasta el momento.

La tercera es la más dispar, porque va sobre un combate de boxeo. Percival, el fortachón que se mide en la velada pugilística, es el primer personaje secundario con unos rasgos físicos y una personalidad definidos. Si bien me gustó la variedad de temas de este cuarto álbum, los guiones adolecen de demasiadas inconsistencias argumentales.

El álbum de 1952 y el siguiente, Contra Pat Poker (1953), ofrecen un abanico de detalles sorprendentes para el público de hoy. Un ejemplo de ello es la presencia de alcohol, cigarrillos y apuestas en un producto juvenil. En el quinto tomo, el propio Lucky Luke juega a las cartas, bebe whisky y fuma, si bien en La mina de oro de Dick Digger asegura que el tabaco le repugna.

Otro detalle que resulta impactante es que Lucky Luke mata a Pat Poker, o intenta matarlo, antes de que este desenfunde. Hay un momento en que su única razón para no dispararle por la espalda mientras huye es el riesgo de herir al caballo. Y una última curiosidad: en ambos títulos le roban a su fiel Jolly Jumper, y apenas parece importarle.

APARECEN LOS DALTON

Morris no para, y en 1954 otro álbum sale de imprenta. Fuera de la ley es el primero que muestra a los hermanos Dalton, y es mucho más entretenido que los anteriores. En distintos carteles de la ciudad se leen los nombres de Billy el Niño, Calamity Jane o Jesse James, pero ninguno de ellos tiene el diseño que conocemos, ya que estos surgirán del futuro tándem de Morris con Goscinny.

Los Dalton que salen en este tomo, aunque físicamente iguales, no son los que conocemos. Son una parodia de los verdaderos Dalton, y así llevan sus nombres: Emmet, Bill, Grat y Bob. El cuarteto acabará siendo víctimas del revólver de Lucky Luke, una decisión de la que se arrepentiría Morris después, dado el éxito que tendrán entre el público.

El dibujo del autor belga no ha dejado de mejorar. La narración y el humor, más fino, también recorren la misma senda ascendente en este álbum. Sin embargo, nuevamente, la abrupta conclusión del tomo estropea la sensación general. Morris sigue intentando dar cierta continuidad a las aventuras del vaquero, y así hace reaparecer al sheriff de Desperado City.

EL FINAL DE LA VIOLENCIA

En El elixir del doctor Doxio (1955) busca crear un nuevo antagonista con un diseño y una personalidad que lo diferencie. Al igual que en el álbum de los Dalton, el doctor tiene más protagonismo que el propio Lucky Luke, cuyos rasgos se asemejan cada vez más a los de su imagen actual. Incluso los pueblos tienen cada vez más personalidad.

El bandido del octavo tomo, Al Hambre (1956), adaptación en español del nombre "Phil Defer", está inspirado en Jack Wilson del western Raíces profundas (Shane, 1953), interpretado por el actor Jack Palance. Al igual que en Astérix, las parodias y homenajes de celebridades van a ir ganando relevancia en las páginas del vaquero a medida que transcurra la serie.

Este álbum supone un giro importante. Originalmente, Lucky Luke mataba Phil Defer, pero Morris se vio a obligado a cambiar el final por mandato de la editorial, hiriéndolo solamente en un brazo. La petición de Dupuis iba en consonancia con una ley promulgada por el gobierno francés en 1949, que restringía el uso de la violencia y el sexo en las publicaciones juveniles.

ÚLTIMO ÁLBUM "EN SOLITARIO"

Tras ocho años siendo el creador en solitario, Morris quiere descargarse de la trama para centrarse en el dibujo. Por esta razón, a partir del noveno tomo, empieza a colaborar con el genial René Goscinny, quien añadirá grandes dosis de humor a las aventuras, y ampliará el elenco de secundarios con personajes tan icónicos como Rantamplán.

El primer álbum de ambos es El ferrocarril en la pradera (1957) y el segundo, Lucky Luke contra Joss Jamón (1958). Entre ambos, aparecerá el décimo, Alerta, los Pies Azules (1958), que no lleva la firma de Goscinny. Aunque al principio Morris lo ocultó, afirmando que era suyo, el guion corre a cargo de Louis De Bevere, su hermano. 

A partir de aquí hasta su muerte en 1977, Goscinny será el guionista de Lucky Luke. Las tramas ganarán en cohesión y se multiplicarán los gags humorísticos. Poco a poco se irá conformando el mundo del vaquero más famoso de la viñeta hasta tal como lo conocemos hoy. Trataré de repasar esta evolución en una próxima entrada.

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