Astérix tras las huellas del grifo de Ferri y Conrad

De haber traducido el título literalmente como Astérix y el grifo, hubiera parecido que el nuevo enemigo del pequeño galo era una espita que gotea. Pero no. Astérix, Obélix, Panorámix e Ideafix se adentran en esta nueva aventura en territorio sármata con la misión de ayudar a un viejo amigo del druida, cuyo pueblo se ve amenazado por los romanos, que van a la caza del monstruo mitológico.

Me ha gustado, como en general me agradan los nuevos álbumes de Ferri y Conrad, es decir, con objeciones. Este es el primero que publican tras el fallecimiento de Uderzo. Una de las pegas que le encuentro son las referencias a la pandemia. Aunque son graciosas, desentonan con la trama. He leído que esta nueva historieta iba a ser una parodia del momento actual, pero luego desestimaron la idea.

De ahí que aprovecharan algunas de las bromas antes de guardar la idea en un cajón. Los nombres, con los que siempre hay gracietas, sufren en parte de esta heterogeneidad. Con Goscinny todo era más coherente. Ahora es inevitable pensar: ¿por qué se llama Sakaeljamonov el druida de un pueblo de la antigua estepa ucraniana? ¿Por qué otro se llama Klorokinov?

Y no es que los traductores se hayan tomado licencias. He comparado la edición española y catalana con la francesa, y casi todos los nombres son equivalentes. El rol preeminente de las mujeres dentro de los pueblos escitas-sármatas parece que avivó el mito de las Amazonas entre los griegos. De este modo, en el cómic, son ellas las que guerrean mientras ellos se quedan en casa cuidando de los niños.

Desgraciadamente, aunque la aproximación a la temática feminista es menos vergonzante que en La rosa y la espada, yerran el tiro. Me molestó que no se las vea repartir tortas en la aventura. Una gran escena de mamporros con ellas hubiera estado genial. Tampoco los típicos chistes en que ellas minusvaloran a Astérix y este se enfurruña aportan nada nuevo.

Por último, me resultó chocante que el guion presentase un contratiempo para no explotarlo. La poción mágica se congela por culpa de las bajas temperaturas, pero esto no condiciona a Astérix, quien no necesita exprimir su ingenio ni encontrar nuevos recursos para enfrentarse a los romanos. Sin la bebida que ha hecho únicos a los galos, el protagonista se encara con ellos sin problema.

Y es que no hay evolución porque la serie ha optado por una línea continuista sin buscar nuevos enfoques como sí está sucediendo con Lucky Luke o Spirou. También es cierto que el personaje viene de la época en solitario de Uderzo, que considero muy poco inspirada y con demasiados altibajos de la que intenta recuperarse.

Por suerte para mí, los diversos detalles negativos no me han estropeado la lectura. Me ha entretenido, y ha conseguido hacerme reír, no una vez, sino dos: primero en castellano y luego en catalán. Dado como está el mundo, no me parece nada mal relajarme con una buena sesión de humor y nostalgia.