Misterios Comestibles de Albert Monteys


Esta colección de Astiberri tiene un trabajo de edición muy malo. Bueno, regular (es que estoy cabreado). Son 60 páginas de 12x16cm por 10€. Dada la cantidad y el precio, yo espero que los dibujos no se vean pixelados, que la talentosa línea de Monteys se vea clara y definida y no como una serie de puntitos borrosos. No quiero tener que ajustarme las gafas como un tonto creyendo que me han aumentado las dioptrías.

Monteys vuelve a presentar una obra heterogénea como en Ser un hombre: cómo y por qué pero con mucho mejor resultado. Mezcla historietas cortas con chistes de una página y mini apartados de consejos bizarros de un personaje llamado Carlos Hidalgo, "detective alimentario" (¿notáis el delicioso regusto a Bruguera?). El dibujo, como siempre, es impecable y derrocha originalidad. Me he reído y, pese al trabajo de Astiberri, lo he disfrutado y recomiendo su lectura.

Paco Alcázar, autor de Silvio José, confesó en una entrevista que en sus inicios Monteys no le gustaba y, en cambio, ahora lo veneraba. ¿La razón? Alcázar conoció los quebraderos de cabeza que conlleva una tira periódica. Mientras él se tiene que estrujar las meninges semanalmente, Albert parece tener un fructífero huerto de ideas nuevas y tronchantes. Si no os lo creeis, echadle un ojo a Misterios comestibles. Es una clara muestra de ello.

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