Imagen de la reseña en el blog de Kev's Snack Reviews |
Hablar de chocolate blanco es ahuyentar a cualquier amante del chocolate. Once you go black, you'll never go back, que dicen los ingleses. Y es que el mundo se divide entre el ying y el yang de los postres: chocolate o vainilla.
Después de tan forrestgumpiana afirmación, debo confesar que yo me dejo arrastra por el lado claro de la Fuerza y que estas barritas de chocolate blanco rellenas de mousse de vainilla me desquician de lo buenas que me parecen. No puedo comer una sola.
Cada vez que estoy paladeando una, recuerdo el sabor de los Kinder Sorpresa: un sabor suave, dulzón, mantequilloso, lácteo, pero sin el toque achocolatado, es decir, mejorado. ¡Y con sólo 50,6 gramos por cada 100! Es una manera fácil y rápida de alcanzar el tope diario de la OMS.
Hay once raciones en cada paquete de 14,5 gramos cada una. Cada barrita es un sobre de azúcar, un chute de amor prohibido que no puedes dejar de ingerir. En esto consiste el libre albedrío, en poder decidir entre morir apestando a tabaco o sufriendo una dulce trombosis.
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