En la sección de productos importados del Sorli Discau, entre las tortitas, el sirope de arce, las palomitas al caramelo, el chili con carne y la salsa agridulce oriental, descubrí los Nerds. Los Nerds son unas bolitas de sidral pequeñas de colores. Vienen siempre en cajitas con dos compartimentos, en cada uno de los cuales hay un sabor. Así, puedes comer de uno o de otro, o combinarlos.
En el supermercado había fresa-uva y sandía-cereza ácida. En casa, nos volvieron locos. Pero en Londres, divino Londres, en la tienda de dulces Hardys, encontramos el sumun, los Rainbow Nerds. Como el nombre indica (rainbow significa arco iris), son cajas más grandes que contienen 140 gramos de estas perlas amorfas y psicotrópicas, todas juntas y revueltas y de muchos sabores.
Es droga pura y dura. Es azúcar con azúcar. En 15 gramos de Nerds hay 14 gramos de azúcar. Crujientes, ácidos, se pueden masticar o se pueden dejar deshacer en la boca. Hay que disfrutarlos con moderación para no coger un empacho. En este sentido, es graciosa la recomendación de la marca para racionarlos.
En el reverso se lee que la "thoughtful portion" (la ración más adecuada o más sensata, no sé bien cómo traducirlo) es la cantidad que cabe en el espacio que queda entre tu pulgar y tu índice cuando haces un círculo. Es decir, si tienes dedos morcillones no vas a comer tanto como esos desgraciados con manos de pianista y dedos extralargos. Yo, desde luego, no toco el piano.
En fin, si tenéis la oportunidad de probarlos, ¡no lo hagáis! Yo estoy yendo a una clínica de desintoxicación para recuperar mi vida. Me he vuelto adicto a la morfina pero, al menos, ya no tengo que decir que me hincho de Nerds cada noche antes de dormir. Ahora, sencillamente, miento.
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