Resident Evil Revelations para Wii U


Resident Evil: Revelations (2013) apareció en los albores de Wii U, cuando las compañías de terceros todavía daban algo por ella. Pero las magras ventas de la consola la sentenciaron y Capcom no la tuvo en cuenta cuando sacó la segunda parte en 2015. Dos años después, la compañía volvió a apostar por otra nueva máquina de Nintendo y publicó las dos partes en Switch.

Este primer Revelations se encuentra situado cronológicamente entre la cuarta y quinta entrega de la saga principal, y está protagonizado por Jill Valentine y Chris Redfield. En su búsqueda por encontrar a su ex compañero de equipo, Jill sigue una pista falsa y acaba en un buque abandonado en mitad del Mediterráneo sin saber que, en realidad, Chris se encuentra lejos de allí en una misión secreta.

La aventura progresa por dos caminos distintos que llegarán a cruzarse. La pena es que la historia, que al comienzo no pinta tan mal, acaba siendo tan rocambolesca y absurda que no hay por donde cogerla, y llega a hacerse larga. Por suerte, si Resident Evil 5 es un "mata-mata" alejado de la concepción original de terror y puzles de la saga, aquí recuperamos la angustia de los primeros.

Los gráficos y la ambientación son buenos. Los espacios cerrados y oscuros, junto a unos efectos sonoros inquietantes y desazonadores, convierten el juego en un sufrimiento continuo. La tensión es tal que en ciertos momentos debía silenciar la consola para poder concentrarme. También ofrece diferentes niveles de dificultad para todo tipo de jugadores, haciéndolo bastante asequible.

En Wii U es posible jugar tanto en el televisor, usando el Gamepad a modo de inventario, como directamente en el Gamepad, pero el mando Pro sigue siendo la mejor opción por peso y ergonomía. Lo he disfrutado, porque he recuperado las sensaciones de antaño, pero la trama deja mucho que desear. Ojalá hubieran escrito un guión menos enredado y más coherente.

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