Pelis de animación: Ralph rompe internet, Big Fish & Begonia y Spiderman: Un nuevo universo

Ralph rompe internet
(Ralph Breaks the Internet, 2018)

Recuerdo que cuando escribí la reseña de Del revés (Inside Out), un compañero bloguero afirmó que le había decepcionado, pues había ido con la idea de ver una "comedia satírica" y se había encontrado con un sermón de "autoayuda". A mí aquélla me encantó, al igual que la primera de Rompe Ralph. Ahora, sin embargo, parece que coincido con él.

Es imposible negar que la reflexión sobre las relaciones tóxicas es necesaria hoy más que nunca, y que de cara al futuro es esencial hacer didáctica desde nuestra infancia. Por otro lado, he sufrido ese choque de expectativas versus realidad. Iba con la intención de desconectar y me encontré con una dosis de nuestra amarga actualidad llena de feminicidios y hombres incapaces de aceptar un "no".

Más allá del bajón, sigue habiendo comedia. Me hubiera gustado que, al igual que en la primera, la trama estuviera más repartida entre los distintos personajes y no se hubieran centrado únicamente en Vanelope y Ralph. Hay referencias y parodias videojueguiles, pero no tantas como en la primera. Esta nueva aventura provoca la carcajada sin conseguir superar a su antecesora.


Big Fish & Begonia (Da Yu Hai Tang, 2016)

Había leído que Big Fish & Begonia era "la respuesta China al Studio Ghibli", la venerada cuna de obras como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro. Si bien es cierto que posee una hermosa factura, y su historia está repleta de una sensibilidad poética similar a la del estudio nipón, no me pareció que la animación estuviera siempre a la altura.

Había ciertos momentos en que un movimiento no parecía natural, o en que la calidad del dibujo decaía. Tampoco me emocionó ni entretuvo tanto como las japonesas. Hasta llegó a resultarme lenta. Supongo que la ausencia de humor y su constante hincapié en lo emotivo o doloroso de varias escenas, banda grandilocuente incluida, me superó.

Su relato místico sobre la amistad entre una joven con poderes y un humano reencarnado en pez no terminé de comprenderlo en su totalidad. ¿Los protagonistas son semidioses, hadas o espíritus? ¿Qué representan? ¿Cuál es la razón de ciertos comportamientos o decisiones? A falta de referencias culturales, su belleza me pareció tan grave como ininteligible.


Spider-Man: Un nuevo universo
(Spider-Man: Into the Spider-Verse, 2018)

Esta es una aventura distinta del lanzarredes. No nos vuelve a contar la génesis de cómo Peter Parker se convirtió en superhéroe (bueno, sí, pero colateralmente), sino que nos presenta a Miles Morales, un joven afrolatino en cuya dimensión ya no existe Spider-Man. Ante una amenaza que puede hacer colapsar el espacio-tiempo, la búsqueda de alguien que pueda ocupar su lugar da inicio.

La animación sorprende por su mezcla de personajes tridimensionales con elementos típicos de la historieta. Líneas de contorno, cinéticas, onomatopeyas o paratextos son sólo la superficie de esta sinergia. Las texturas y colores, junto a otras decisiones de diseño como eliminar el difuminado del fondo para generar profundidad, buscan reproducir en la pantalla la página del tebeo.

Desgraciadamente, fuera del apartado visual, la película va de más a menos. El entretenimiento desciende junto con el ritmo. Se hace aburrida desde la mitad hasta casi el final, cuando intenta remontar entre lecciones morales sobre paternidad. Al igual que en los cómics, la conclusión es la misma: la saga de los múltiples universos es un follón de mucho cuidado.

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