A renglón seguido de la autobiografía de Monica Seles, me puse con Rafa, mi historia. Aunque en su planteamiento se acerca más a Los niveles del juego de John McPhee, pues un partido de tenis vertebra todo el texto, conseguimos conocer en profundidad a Nadal del mismo modo que sucede con el libro de la extenista yugoslava.
El partido que hilvana los primeros capítulos es, como no podía ser de otro modo, la final de Wimbledon 2008 contra Federer. El enfrentamiento que acabaría con la hegemonía del genio suizo tanto sobre el césped de la catedral del tenis como en el ranking de la ATP es diseccionado set a set. Cada capítulo está compuesto por una narración en primera personal de Nadal y un artículo de John Carlin.
No hay que ser muy despierto para deducir que todo está escrito por el periodista británico. Si bien la prosa no es tan pulida como la de McPhee, hay que entender que en los fragmento que personifica al mallorquín, Carlin procura imitar su forma de hablar. Abundan los "trallazos" con la raqueta y otras expresiones muy coloquiales.
Aunque el lenguaje es distendido, el análisis de los puntos jugados es muy preciso. Lo describe tal cual hace Nadal en las ruedas de prensa. El lector aprende qué momentos fueron relevantes para el desarrollo de la pugna entre los dos rivales. Lo que para la mayoría de los espectadores pasa desapercibido por no ser tan impactante como un tweener, acaba teniendo una relevancia crucial.
La parte de Nadal no sólo se limita a la explicación técnica. A raíz de sensaciones o pensamiento de la final, recuerda sus comienzos. La relación con su tío, Toni Nadal, me ha parecido enfermiza. La severidad de su entrenador habría acabado con la psique de más de un joven tenista. Por si fuera poco, el resto de la familia estuvo de acuerdo en mantener una actitud similar con Nadal.
Como existía la amenaza de que los éxitos tempranos se le subieran a la cabeza, todos intentaban aplacar una excesiva efusividad. Era Toni Nadal el más duro y exigente, desmereciendo muchos torneos que su pupilo ganó antes de entrar en el circuito profesional. En este sentido, los artículos de Carlin buscan ampliar tanto el contexto familiar como el del equipo técnico que lo rodea.
Si el libro se hubiera centrado en Wimbledon, hubiera sido más que suficiente. Además, habría tenido mayor unidad. Sin embargo, se amplía con la consecución del último Grand Slam que le faltaba a Rafa Nadal. Lo logró en el US Open de 2010 frente a Djokovic. No son pocas las veces en que Nadal se refiere a la gran calidad del actual número 1.
Hace diez años que se publicó Rafa, mi historia, y mucho ha llovido desde entonces. Es un libro fascinante de leer en su vertiente deportiva, por la épica que desprende, y sorprendente en el apartado personal. Sinceramente, no esperaba tal nivel de exigencia hacia el joven Rafa Nadal. Me queda claro que cuando se jubile el Big Three, los vamos a echar de menos.
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PD: En la edición italiana se fliparon y fueron a full con la foto de la cubierta.
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