La editorial [Gredos] quería un gran prólogo [para el Diccionario de Uso del Español (DUE)] y Julio Calonge se lo plantéo al lingüista Eugenio Coseriu, una figura de gran prestigio en Europa, pero en ese momento a este no le venía bien. Collantes afirma que [María] Moliner comentó en alguna ocasión que le habría gustado que lo hiciera Ramón Menéndez Pidal, si bien temía que, debido a su avanzada edad, no le diera tiempo a terminarlo. No fue así, ya que Menéndez Pidal sobrevivió a la publicación del Diccionario [1966]. En todo caso, Isabel Calonge (que en la década de 1970 sucedió a su padre en la editorial) aseguró que no se barajó su nombre. A Menéndez Pidal se le invitó, como es lógico, a la presentación del DUE a la prensa y al mundo cultural y, meses antes, "se le enviaron unas páginas para que diera su docta opinión", relata Alberto Collantes. Al acto de presentación no acudió, porque apenas salía entonces. Pero las pruebas sí que las leyó con atención. Hasta el punto de que descubrió que había una errata. "Una errata en unos textos que habían pasado por decenas de ojos que veían un falta ortográfica aunque estuviera en un cráter en la Luna", continúa Collantes. "Las alas de algunos insectos se denominan élitros, y el vocablo había pasado en múltiples pruebas escrito con hache, y sólo don Ramón se dio cuenta", afirma el linotipista.
El exilio interior. La vida de María Moliner,
de Inmaculada de la Fuente.
Editorial Turner Noema (2011). p.264
de Inmaculada de la Fuente.
Editorial Turner Noema (2011). p.264
Don Ramón Menéndez Pidal tenía 97 años en 1966. Murió en 1968 a la edad de 99 años.
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