Don de lenguas

Kamakura, prefectura de Kanagawa, Japón. Frente al templo de Kenchou, una pareja de turistas duda de si el acceso es gratuito o se debe pagar. Él carga con tres o cuatro años de japonés a sus espaldas. Aunque hace más de siete que no practica, quiere impresionarla. Se dirige con paso firme a la caseta de la entrada y pregunta, con vocabulario muy básico, al hombre que hay en ella:

– すみませんが、いくらですか。
– これはパーキングです。

Traducción:

–Disculpe, ¿cuánto cuesta?
–Esto es el parking.



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