He estado mirando reseñas que ponían muy bien esta obra: que si jugar con lo que espera el lector, que si mezcla de géneros,... Es cierto que Tormenta y Desesperanza empieza como si fuera un relato de aprendizaje o de formación, un bildungscomic, para acabar siendo una aventura de fantasmas pero, más allá de eso, el resultado es insatisfactorio en exceso.
El inicio de silce of life veraniego de estas dos adolescentes con nombres estrambóticos (los dos que aparecen en el título) me recordó, salvando las distancias, a Aquel verano de Jillian y Mariko Tamaki. A diferencia de Tamaki, la historietista francesa Lucie Durbiano utiliza un estilo naif que evoca las ilustraciones de cuentos infantiles o del gran Sfar (pero Durbiano queda a años luz de éste). Su dibujo me parece malo, sin encanto alguno.
La mezcla de géneros queda en pastiche. La autora escribe lo que le da la gana pero ni su creatividad es desbordante ni la trama coherente y, menos aún, de interés alguno. Hay creadores que lo hacen y, pese a su apariencia improvisada, existe un trabajo y una formación enormes. Si Durbiano lo tiene o no es algo que no parece demostrarse con este cómic.
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