Sonic 2: la película
(Sonic the Hedgehog 2, 2022)
Disfruté esta segunda entrega incluso más que la primera. Con un guion sencillo y para toda la familia, consigue entretener sin inventar la rueda. Repleto de guiños que apuntan directamente a la nostalgia de los padres, y con un Jim Carrey otra vez en estado de gracia, me pareció un grandísimo pasatiempo que ofrece humor y acción en dosis muy equilibradas. Si quieres pasar un buen rato, no decepciona.
El rey ciervo (Shika no Ō:
Yuna to Yakusoku no Tabi, 2021)
Cuando fui al cine a verla, no sabía que es la adaptación de es una serie de novelas de fantasía japonesa. Tampoco sé cuán fiel al original. Si bien el planteamiento es interesante y tristemente actual (una pandemia que parece no tener cura), su desarrollo y su final resultan confusos. Aunque me recordó a La princesa Mononoke por su ecologismo, su animación queda lejos del virtuosismo de Studio Ghibli.
Steamboy (2004)
Como se puede adivinar por el título, Katsuhiro Ōtomo firma esta obra steampunk donde un muchacho con un talento excepcional para la ingeniería debe proteger el invento que le ha legado su abuelo. Si a nivel técnico es impresionante, la trama se hace lenta. Las reflexiones son interesantes, pero densas. Se pierden en exposiciones demasiado complejas y poéticas. Me costó terminarla.
Mirai, mi hermana pequeña (Mirai, 2018)
En España, la publicidad de esta película ha sido engañosa. Se ha vendido como un relato grandilocuente y lleno de magia, cuando es una historia de lo más cotidiana y tranquila. Tras el nacimiento de su hermana, el niño protagonista empieza a tener una serie de visiones que le enseñarán a convertirse en un buen hermano mayor. La animación, como la decepción generada por las falsas expectativas, es inconmensurable.
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