Odette de Haru Hiate


La primera vez que viajé a Japón en 2015, recuerdo que vi en un aparador un póster gigante de este manga. Me chocó mucho. No estoy seguro de que en otros países con afición al cómic pudiera publicarse un argumento similar. Cada capítulo es una cita de una pareja. No hay evolución en la relación de ambos. Únicamente son momentos agradables, simpáticos. Ella es una chica olvidadiza, algo torpe, pero amable y considerada. Él... es un gato.

Tiene cuerpo humano pero cabeza de minino, sin ningún rasgo antropomórfico en el rostro. Viste bien y tiene clase, pero, al igual que el animal, es asustadizo y le gusta estar cerca de la calefacción. Aunque conversan entre ellos, a él nunca se le ve hablar. Tampoco se besan. La autora consigue hacer que el tándem que forman no resulte estrambótico, pero es cierto que cuando lo dibuja a él de perfil, la proporción de la cabeza con el cuerpo falla y rompe con esa armonía gráfica.

Ambos son arquetipos. No cambian en nada a lo largo de los cuatro tomos que llenan sus anécdotas. La interacción entre sus dos caracteres generan situaciones cómicas y entrañables sin mayor profundidad. Los vemos ir a una cafetería, a una librería, al cine, al acuario, de excursión a la montaña,... poco más. La trama no se complica. Apenas hay secundarios. El hermano de ella, o su compañera de trabajo, aparecen de manera esporádica.

Lo comparo con un cruce entre El dulce hogar de Chi y un shōjo. Es una lectura relajante, que despierta sonrisas. Al igual que los mangas de mascotas, los distintos momentos elegidos repasan las cuatro estaciones. Hay incluso algunas historietas sin apenas diálogos. Los tomos de la editorial nipona Polaris contienen, además de postales en color, relatos extra de la autora que, por supuesto, tienen gatos como protagonistas.

Poder adquirir el manga de Odette durante mi segundo viaje a Tokio este 2019 me hizo mucha ilusión. Tuve la suerte de encontrar la serie completa a buen precio en una pequeña tienda de cómic de Akihabara llamada Comic Zin. Obviamente, pese a no tener rebuscados giros de guion, y aun con la ayuda del furigana, leerlo en japonés se hace lento. Por suerte, he podido disfrutarlo en inglés en una página de scanlations. Es una pena que muchas estén cerrando sin alternativa clara todavía.

De todos modos, para aquellos que seáis fluidos en la lengua del país del Sol Naciente, se pueden disfrutar los capítulos online de manera oficial en la página de la editorial Polaris y seguir a su autora en Twitter.

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