Ping Pong de Taiyo Matsumoto


Otra obra de Taiyō Matsumoto, el autor del imprescindible Takemitsu Zamurái (2006-20101), llega a España de manos de ECC Ediciones. Después de que la desaparecida Glénat España-EDT desbrozara el camino traduciendo el relato del samurái y Tekkon Kinkreet (1993-1994), ECC ha tomado el relevo y ésta ya es la tercera serie del tokiota que publica junto a Go! Go! Monster (2000) y Sunny (2010-2015).

Su estilo, totalmente distinto a lo que uno espera de un manga, mala costumbre que hemos cogido por importar demasiadas obras mainstream, aquí vuelve a fascinar pese a la tosquedad de las tintas. Fliparemos con las perspectivas y los escorzos imposibles. Ping-Pong (1996-1997, cinco tomos), como el propio título indica, es un manga de género deportivo, que abarca desde las míticas series de Bateadores y Oliver y Benji (Captain Tsubasa) hasta, actualmente, el cómic de boxeo Hajime no Ippo.

Sabemos lo mucho que le gusta recrearse a los nipones en la parte psicológica del deporte. Nos acordamos de los infartos de Julen Ross que nunca acababan de matarle y a los kilómetros y kilómetros que recorrían los futbolistas en cada episodio sin ver portería. Aquí tenemos un relato igual de contemplativo pero, hasta donde he leído, menos cansino y más interesante.

Makoto Tsukimoto, alias Smile (porque no sonríe nunca), y Yutaka Hoshino, alias Peko, son amigos y jugadores de ping-pong. Smile siempre pierde contra Peko, quien se cree mejor. Hay dos personas, sin embargo, que se han dado cuenta de que Smile no explota todo su potencial cuando juega contra Peko. ¿Por qué? A lo largo del primer tomo, se nos presenta a ambos personajes y el indicio de un conflicto interior que desconocemos.

Será, por supuesto, a través del tenis de mesa que las dos personas que sospechan que Smile oculta algo buscarán que el chico rompa su silencio. La tensión se va construyendo a la espera de un gran partida. Al igual que Takemitsu Zamurái nos iba poniendo la miel en los labios a medida que se acercaba el combate final. Si repite el mismo efecto aquí, va a ser espectacular. Sólo he leído el primer tomo y me ha gustado muchísimo. A ver qué tal.

Actualización: Voy por el tercero y la historia sigue igual de apasionante.
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1 Fechas de publicación japonesas.

Cazafantasmas (2016) supera el test de Bechdel pero no el de la misoginia internauta


El remake con elenco femenino de Cazafantasmas ha recibido críticas más airadas que ese aborto titulado Escuadrón Suicida (Suicide Squad). Esta revisión con Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Kate McKinnon y Leslie Jones podrá gustar más o menos, pero no cabe duda de que es un producto mejor que la película de los villanos de DC.

Parece que, para algunos, es preferible tener a una demente luciendo palmito en shorts dentro de un galimatías de fotogramas inconexos que ver a cuatro mujeres actualizando un clásico de la taquilla palomitera. Es aterrador el crecimiento descontrolado de la misóginia en internet. Desde el anonimato binario, la gente confiesa lo que calla en sociedad tras sus máscaras políticamente correctas.

Y no es que Cazafantasmas tenga nada original a parte de haber tenido la "osadía" de cambiar de género a los protagonistas. Volví a ver la película de 1984 con  Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson, y este reboot prácticamente calca la estructura del original, incluida la apoteósica batalla final.

Dicho esto, ¿esta versión es mejor o peor? ¿Era necesaria? Queda más que demostrado que en Hollywood las ideas escasean. A los productores no les preocupa tirar de cómics, videojuegos, filmoteca reciclada y hasta de juegos de mesa como Hundir la Flota con tal de sacar un producto que les llene las arcas de dinero.

En el remake, Erin (Wiig) es una reputada física teórica a punto de conseguir plaza en una prestigiosa universidad. Sin embargo, cuando una serie de sucesos paranormales empiezan a sucederse en Nueva York, un libro de parapsicología que publicó con una antigua colega sale a la luz y su carrera se va al traste. Esa colega, y amiga, es Abby (McCarthy), con quien empezará a investigar dichas apariciones.

En la de 1984, Venkman (Murray), Stantz (Aykroyd) y Spengler (Ramis) tienen su despacho de parapsicología en la universidad. Justo cuando presencian una aparición en la biblioteca, son desacreditados y expulsados del centro académico. Como Erin y Abby, al quedarse de patitas en la calle, deciden abrir su agencia de cazafantasmas. Pese a las variantes, las tramas siguen el mismo camino.

En ambas tenemos a la pareja de investigadores sesudos (Erin-Abby / Stantz-Spengler), un tercero en discordia y un afroamericano que se une después (Patty, interpretada por Jones, y Winston, interpretado por Hudson). En ese tercer miembro es donde radica la diferencia. Si en la primera es un Bill Murray lleno de cinismo, ahora tenemos a una joven científica muy loca (McKinnon).

El personaje de Murray es el más divertido de la primera, personalmente, pero también es el que suelta las perlas más machistas ("¿No estará en uno de esos días del mes?"). Por el contrario, el personaje de McKinnon me resulta insoportable. En un esfuerzo constante por mostrarse guay, tal vez apele a la fascinación de los más jóvenes, pero cansa a los adultos.

La de 1984, fuera de las frases jocosas del amargado Venkman, se me hizo aburrida. Tiene un ritmo más lento que, por otro lado, ayuda a asimilar la película de otra manera, lejos de las prisas del reboot por hacer chistes malos cada dos por tres. Si en la de Murray, la mala leche es el rey, ahora es la tontería la que corona a Chris Hemsworth con su papel de secretario border liner.

Las dos vienen a ser lo mismo, puro entretenimiento, pero dirigido a audiencias distintas. La primera tiene más posibilidades de aburrir a las nuevas generaciones, no sólo por el ritmo sino porque su target son los adultos y no los niños y adolescentes, como sucede con la nueva (y como sucede, no nos engañemos, con el 90% de los taquillazos actuales).

Así que, respondiendo a la primera pregunta, la nueva versión de los Cazafantasmas no es mejor ni peor, es lo mismo pero enfocado a un público distinto. Y si bien creo que cinematográficamente es totalmente innecesaria, socialmente, visto el odio sexista levantado, me parece obligatoria.

Las protagonistas no llevan trajes ajustados, no tienen tetazas. Son personas corrientes y molientes como el cuarteto de la primera, dispuestas a divertirnos con sus locuras para atrapar a un montón de fantasmas. Sinceramente, tal como está el panorama, me sorprende muchísimo que Columbia Pictures apostara por hacerla así. Me sorprende pero me alegra.

Surprise me! de Philippe Halsman, exposición en el Caixaforum de Barcelona


Hasta el 6 de noviembre, podéis ir a ver al Caixaforum de Barcelona la exposición fotográfica de Philippe Halsman. El fotógrafo estadounidense de origen letón es el artífice de muchos de los retratos de celebridades más icónicos. Famosísimos son sus retratos de Hitchcock, Einstein, Louis Armstrong o Woody Allen, copando la lista sus sesiones experimentales con Salvador Dalí (sobre las que se proyecta un documental al final del recorrido) y con Marilyn Monroe (capturando la sensualidad de la musa).

Yo no lo conocía ni sabía que tantas fotografías que llenaban el museo de mi cabeza llevaban su firma. La exposición es muy agradable de visitar. Hay una sección ordenada cronológicamente, con sus inicios, y luego otras por personaje o temática: a parte de las de Dalí y Marilyn, hay una dedicada a sus portadas para la revista Life y otra a su serie Jumpology, en la que fotografió a los famosos saltando (momento en el que, según él, la gente se mostraba tal como era). En resumen, una muestra de retratos en blanco y negro tan entretenida como pop.




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* La imagen de Dalí saltando se tuvo que repetir.. ¡26 veces! Los gatos debieron de acabar hasta los mismísimos.

Super Mario 3D World para Wii U


Todo el mundo ha dicho que éste no era el Mario que esperaban. No es innovador como Super Mario 64 Super Mario Galaxy. Es sencillamente un Mario tridimensional con un traje nuevo de gato en el que pueden jugar hasta cuatro personas a la vez. Mi pareja y yo lo hemos jugado juntos y nos lo hemos pasado muy bien, tanto pasándonos las pantallas como explorándolas en busca de objetos ocultos.

Es divertido cómo los jugadores pueden tanto ayudarse el uno al otro como entorpecerse, creando situaciones caóticas bastante graciosas... y frustrantes. En la misma partida, se pueden añadir nuevos participantes o jugar uno solo. No hay que reiniciar la aventura para ello. Hay pantallas que cada uno de nosotros se pasó solo, otras que las hicimos en equipo y otras... que nada de nada.

El juego hasta el malo final es asequible para todo el mundo. La curva de dificultad crece moderadamente hasta entonces. A partir de ahí, se desbloquean una serie de mundos extra que son un regalo dirigido a los más expertos. Aunque no hemos sido capaces de superarlas, hemos disfrutado mucho de Super Mario 3D World y nos ha parecido un juego verdaderamente entretenido.

El crit de l'ocell domèstic de Maksim Ósipov


Lo diré de entrada y así ya me lo quito de encima: ¡qué feas son las portadas de la editorial Club Editor! Todas como las que encabeza esta reseña, sólo cambiando el título, el autor y el color liso del fondo.

Añado, y así también lo aparto de en medio, que la traducción me ha parecido rara. Esperé a que lo leyera mi pareja, cuya competencia en catalán es mayor, y me confirmó que había frases que no le sonaban naturales del todo, que le rompían el ritmo1. Más no voy a decir porque Arnau Barios goza de gran reconocimiento tras traducir al catalán el poemario Galoparé a l'estepa com el vent de Lérmontov y haber llevado a cabo la actualización de Los hermanos Karamázov de Dostoyevski.

Yendo a los cuentos que componen esta recopilación, confieso que aquéllos en los que el narrador utiliza el monólogo interior no me gustan. Hay tantas elipsis que se me hace difícil seguir el relato. En el primer cuento, Moscou-Petrozavodsk, hay un momento en que los acompañantes del protagonista da la impresión que se marchan, que bajan del tren, cuando en realidad sólo salen del compartimento.

Son tantos flashes aquí y allá que, al final, acababa deslumbrado y no sabía qué estaba leyendo. Sucede lo mismo con La gitana y uno de los capítulos del cuento Peces en un pla. Este último, junto a Colònia minera Eternitat, tiene mayor extensión que el resto. El más corto es el microcuento que comparte título con el libro y que viene a decir lo que todos entendemos con la metáfora del pájaro doméstico. Entre todos, suman cinco relatos en total.

A mi pareja, el de Moscou-Petrozavodsk le gustó mucho porque lo considera "el más ruso", un poco por lo rocambolesco de la historia. El conjunto, sin embargo, le dejó cierto regusto amargo. Dados los artículos que había leído sobre el autor, que es médico, esperaba disfrutar de un libro similar a Morfina. Relats d'un jove metge de Bulgákov. Pero Ósipov no habla de sus vivencias en el hospital. En todo caso, parte de ellas para hablar de otros sucesos que perfilan la vida cotidiana en la Rusia actual.

Su narración resulta desangelada, fría. No es como los clásicos rusos, que conmueven. ¿Acaso va con cuidado por ser un opositor de Putin, quien no duda a la hora de quitarse molestias de encima? Esto no quiere decir que uno no pueda llegar a compadecer a los personajes, pero es una sensación de malestar menos desaforada, más derrotista. No grita: "¡Estas son las miserias de Rusia!" sino que nos mira a los ojos y nos dice: "Esto es lo que hay y lo que es".

Peces y Colònia me han gustado mucho. Todos invitan a reflexionar pero estos dos se dejan paladear mejor, sea por extensión, sea porque no utilizan únicamente el monólogo interior. Ósipov denuncia el abuso de autoridad por parte de las fuerzas policiales, el intervencionismo en los medios, el desplazamiento de población de zonas que el Gobierno decide abandonar mediante el ejército, el pasado colaboracionista de ciertos individuos y la incertidumbre de sus razones,...

No enfoca directamente, no verbaliza sus opiniones, pero todo está ahí. Desde quien presencia la brutal paliza a dos contrabandistas hasta el doctor que se gana un dinero extra acompañando a enfermos que viajan en avión a Estados Unidos para no volver. Siempre muestra la dicotomía entre la huida por la ausencia de futuro en su país y la permanencia por amor a la patria y esperanza de cambio. Ósipov, de momento, se queda.

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1 A mí, se me ha hecho extraño el uso del signo de interrogación de apertura en todas las frases, fueran cortas o largas, tal como hace Albert Nolla y como aconsejaba el reputadísimo filólogo catalán Joan Solà. Luego, palabras como "jaia" en lugar de "iaia" y otros términos y expresiones que llegué a creer inventados (pero no, era yo que no los conocía).

Khenyan Coffee & Brunch, cafetería y hamburguesería en Sabadell [CERRADO]

Plaza Sant Roc 15, Sabadell

En la plaza del ayuntamiento, donde estaba situada la panadería Carreres, han abierto un local de la cadena de cafeterías Khenyan. Lo especial del Khenyan de Sabadell es que no tiene el subtítulo de "Classic Coffee" sino el de "Coffee & Brunch", ofreciendo almuerzos además de cafés.

La carta es muy completa y variada. De entrantes, tienen ensaladilla, hummus, nachos, croquetas, escalivada y gazapacho. De ensaladas, tienen cinco tipos variados, desde la clásica o la césar a una de manzana y nueces y otra de garbanzos. Tienen pan de coca tostado (torrades) con pollo, queso de cabra, jamón, beicon,... Hay crepes saladas y platos calientes (lo llaman "especialidades") como albóndigas, butifarra, alitas de pollo, tallarines, lasaña, risotto, costilla, secreto,...

Carta de entrantes de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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Carta de cocas de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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Carta de especialidades de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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En el apartado de los bocadillos, estarían los clásicos frankfurts y bikinis (con pan de molde o de coca) pero con innovaciones, como el bikini con jamón serrano o el que lleva crema de trufa. En la sección de hamburguesas se listan once variantes, siete con ternera ecológica y dos con pollo de corral. Hay dos más de "carne vegana" (así lo apuntan) de garbanzos, cebolla, puerro y zanahoria. Los vegetarianos tienen otras opciones como el hummus, la lasaña de verduras, el risotto con setas o la coca de queso.

Después de los postres y los vinos y cavas, ofrecen menús de mediodía todos los días de 13:00 a 16:00, donde por 12,95€ puedes elegir un entrante o ensalada, una especialidad de la casa y un postre. Hay otros menús fijos de hamburguesa, patatas fritas y refresco por 9,95€; de ensalada, bebida e infusión por 6€; ensalada, coca y bebida por 9,95€; y de frankfurt con patatas y bebida por 6,45€.

Carta de hamburguesas de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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Carta de postres de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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Menús de la cafetería y hambuguesería Khenyan
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A nosotros nos ha parecido bastante económico. Irónicamente, ninguna de las dos veces que hemos probado el café sino que hemos tirado de menú de hamburguesa, con el que te quedas muy lleno. Hemos probado la Holandesa (con huevo, beicon, jamón dulce y salsa holandesa), la Japonesa (zanahoria, cebolla, pimiento verde, sésamo y salsa de soja), la Khenyan (toamte, cebolla, lechuga, huevo, baicon, queso y mayonesa), la de Cabra (cebolla caramelizada, queso de cabra y mermelada de frambuesas) y la Vegana del Huerto ("carne vegana" con lechuga y tomate). Todas están buenísimas, con el pan muy crujiente y la carne muy sabrosa.

Sobre las patatas fritas, tengo algo que decir. Están bien hechas pero no sé qué sucede, si no tienen bien limpia la freidora o no cambian el aceite, pero hay patatas que están perfectas y otras que tienen un regusto como a agua de grifo, como a aceite de pescado,... en fin, no tienen buen sabor. No sé si es que las del fondo al tocar la rejilla cojan ese mal gusto pero te las vas encontrando salteadas: patata deliciosa, patata bej,...

Hamburguesa holandesa. ¡También tienen granizados!

Hamburguesa Holandesa con patatas y granizado.
El granizado no va incluido en el menú.

No cierran ningún día de la semana y abren prácticamente todo el día, desde las 7:30 u 8:30 hasta las 23:00 o la 1:00. Tienen muchas camareras, todas muy simpáticas y eficientes. La terraza en la plaza del Ayuntamiento está perfecta porque los días de sol tiene la sombra de los árboles, además de que se está muy tranquilo. El interior tiene una buena decoración, moderna y con colores café. Todas las veces que hemos ido el trato ha sido excelente.

Más información:
  • Horarios: No cierran ningún día. Abren de lunes a jueves, de 7:30 a 23:00; el viernes de 7:30 a 00:00; los sábados de 8:30 a 1:00; y los domingos de 8:30 a 0:00.
  • Teléfono: 937276412
  • Web de la cadena Khenyan: http://www.khenyan.com

Todos los hijos de puta del mundo de Alberto González Vázquez (Querido Antonio)


Tras llamar al Servicio de Atención al Cliente de Vodafone, me he acordado que todavía no había reseñado Todos los hijos de puta del mundo de Alberto González Vázquez (Querido Antonio).

Aunque me reí mucho con él, no me ha resultado tan divertido como su primer recopilatorioHumor cristiano. Además, no sé si es culpa de los impresores, de los editores o del autor, que no guardó las páginas en una resolución adecuada, pero las líneas de los dibujos de algunas historietas se ven muy pixeladas, más que en el anterior. Afortunadamente, las erratas tipográficas y ortográficas del primero no vuelven a asomar la cabeza por aquí.

Para la reseña volví a hojear Humor cristiano y me he dado cuenta de que es un popurrí creativo maravilloso. No sabes lo que vas a encontrar a la vuelta de cada página: pueden ser varios chistes de un sola viñeta, un collage, un fotomontaje, una historieta larga o un texto. En el nuevo, esta variedad ha quedado reducida al eliminar los textos y al mostrar las creaciones de manera más ordenada y uniforme, menos caótica.

Pero nada de lo que he dicho empeora tanto a este segundo libro como los chistes que publicó (y publica) en El Mundo Today, el diario satírico online de noticias inventadas. Cuando los leí en la web ya me parecieron malos como un retortijón en el altar de tu boda. El humor negrísimo es el sello personal de Querido Antonio, pero hay que saber utilizarlo bien. No sirve dibujar a dos personajes y que uno salude con un "Hola" y el otro conteste: "Tienes cáncer".

Las burradas hay que saber introducirlas. Esto lo hace a la perfección en sus historietas largas, en las que se ensaña a más no poder con las cuatro estrellas de la política española. Si Los Guiñoles de Canal+ y el Polònia de TV3 los idiotizan pero los hacen entrañables, Alberto González los degrada y los torna repugantes. Valle-Inclán destrozaba a sus peleles en una línea de descripción y Alberto González los cocina a fuego lento en un crescendo humillante y vomitivo.

A medida que lees, saboreas la extraña mixtura de risa y bilis en tu garganta. Las carcajadas suben como arcadas catárticas. Son basura o son ridículos: Rajoy es subnormal; Rivera, un yuppie adicto a lo que sea; Iglesias, un triste de principios débiles; y Sánchez, un Ken de Barbie tan desorientado como desesperado por cazar votos. Y no te apiadas de ellos porque sólo te producen asco y rechazo.

Todos los hijos de puta del mundo no defrauda porque habla de lo que promete pero tiene muchos altibajos, entre chistes muy originales y graciosos y otros, manidos y burdos sin más. Si te gusta el humor negro y no puedes disfrutarlo porque te enchironaron después de retuitear un chiste de sionistas o Irene Villa, este es tu regalo de cumpleaños.

Álvarez siempre vuelve de Paco Alcázar

En octubre de 2014, la revista Vice y Paco Alcázar colaboraron en un concurso. Había que enviar la posible continuación de una historieta creada por el autor. La historieta de dieciséis viñetas sintetiza el álbum musical homónimo del propio dibujante, pues Alcázar también compone bajo múltiples pseudónimos (podéis corroborarlo en su Bandcamp).

A mí me dio por participar y, por exceso de entusiasmo, acabé escribiendo un microrrelato absurdo. La cosa pareció diluirse o, tal vez, tuvo continuidad en el papel de las páginas de la revista. El tema está en que en internet, donde se suponía que estaba todo, no encontré la respuesta. Me quedé con la intriga de saber quién ganó y con la espinita clavada de publicar el texto.

Quería sacármela, la espina, así que aquí la dejo después de la historieta que realizó Alcázar para el concurso.


Álvarez sigue avanzando hasta introducirse en el reflejo de la cisterna del camión. Parece flotar. De repente, se da cuenta que está conduciendo en contradirección. Los conductores le pitan. En la locura vertiginosa de esquivarlos, ve que todos tienen cara de pescado, aletas de pez. No pueden enseñarle el dedo de en medio, sólo tocar el claxon. Un bocinazo lo despierta. Todavía hipnotizado por el sueño, sigue detrás del camión, las manos al volante, el pie en el acelerador. No frena. El accidente es horrible. Tendido en el asfalto, rodeado por el contenido volcado del tráiler del acuario, ve el inmenso charco de agua evaporándose donde los atunes boquean y se agitan asfixiados. Apenas puede moverse, mantener los ojos abiertos. Un pez salta frente a sus narices. Su mirada vacía lo sobrecoge. Queda claro que no acepta la derrota. En un esfuerzo difícilmente imaginable, el animal articula con un trémulo hilo de voz: “Sálvanos, Aquaman”. Álvarez, finalmente, comprende.

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Más sobre el autor:

The bicycle colouring book de Shan Jiang


Los libros para colorear para adultos están de moda desde hace años. Empezaron con los libros para pintar mandalas, que trazaban un camino para la relajación. The bicycle colouring book. Journey to the edge of the world (El libro para colorear de las bicicletas. Viaje a los confines del mundo) de Shan Jiang puede venderse como tal, pero también es una historia.

Es el relato sin palabras de un viaje onírico de un gato y una bicicleta que me recordó mucho al 40 days dans le desert B de Moebius. Es una sucesión de imágenes con el motivo común del minino y la bicicleta, algunas con conexión entre ellas, otras sin ninguna relación más allá del componenete fantástico. Es una delicia visual. Si, además, te propone el juego de pintarlo, pues a jugar.

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La invención de Morel de Bioy Casares


Esta novelita de apenas 120 páginas ha sido elogiada por autores de la talla de Cortázar, García Márquez y Octavio Paz. Borges llegó a calificarla de "perfecta". Pero también Chris Ware y Daniel Clowes elogian a Jeffrey Brown... Ha sido una pena que este relato haya supuesto una decepción en mi diario de lecturas, en lugar de una satisfactoria conquista.

Si tan grandes nombres la han calificado de buena, yo no me voy a poner en contra, pero tampoco voy a mentir. Entré en la historia sin saber nada, ni siquiera el género, y todo me resultó muy confuso. El relato empieza in media res y, a través de una voz agitada, vamos descubriendo qué ha conducido al protagonista-narrador a esa situación de gran estrés en la que se nos presenta.

Si no quieres saber detalles de la trama, lo mejor es que no sigas leyendo. Mi disgusto vino por el caos en la narración, que me causó una desorientación similar a mi primera lectura de Pedro Páramo. En la novela de Rulfo, sin embargo, la prosa me incentivó a atacarla una segunda vez, lectura previa de un prólogo muy clarificador, y acabé cautivado.

Aquí, no. La voz narrativa se me hace empalagosa y caótica. Un fugitivo huye a una isla donde se oculta de las autoridades de su país. Un día, aparece un grupo de visitantes, de turistas, sin que se sepa ni cómo ni cuándo han llegado. El protagonista se esconde en los pantanos del islote para que no lo descubran, pero empiezan a suceder cosas extrañas.

La  narración busca sumir al lector en el estado de incertidumbre en el que vive el prófugo. El problema, para mí, es que ir dando tumbos de un lado a otro sin poder situarme ni atar cabos me ha cansado y me ha aburrido. Hasta el último tercio no se destapa qué sucede y es una explicación que descoloca si antes uno no se ha informado de que este libro es un relato fantástico.

La novela bien podría haber servido de inspiración para la serie Perdidos (Lost). A diferencia de la creación televisiva, el libro no me ha atrapado. Las ochenta páginas hasta que se descubre el pastel se me hicieron largas y nada interesantes. El enamoramiento del protagonista me parece latinoamericanamente exagerado y cursi, inverosímil y trillado.

El giro o los giros finales no me parecieron extraordinarios. Las explicaciones me resultaron bastantes tontas. Se profundiza más en la confusión del narrador que en la reflexión entre realidad y ficción. Cuando llega a la conclusión de que, como en la infausta Perdidos, la respuesta a la alta entropía de nuestras vidas es el amor, uno sabe que le han vuelto a tomar el pelo.

Special Correspondents de Ricky Gervais


Es muy curioso: qué bueno es Ricky Gervais haciendo series y monólogos, y qué nefasto es haciendo películas. Increíble pero falso (The invention of lying) y Special Correspondents, ambas las he visto en inglés (como suelo ver todo lo que hace) y ambas me han parecido malísimas.

En la ficción cinematográfico, Gervais no tiene la chispa ni el ingenio de los que hace gala en sus monólogos y series. Ves Extras o Derek o Life's too short, incluso An idiot abroad, y te ofrecen algo distinto y divertido. Hasta en The office (la original), con lo incómoda que me resulta, puedo apreciar que está haciendo algo talentoso alejado del camino trillado que resiguen otras series.

The invention of lying y Special Correspondents retratan por igual la historia de un infeliz infravalorado que se enamora; en este caso, es un técnico de sonido al que se mujer ningunea. Tras una serie de desafortunadas (e ilógicas) decisiones, acaba enrolado como corresponsal de guerra con el guapo presentador Frank Bonneville (Eric Bana) para cubrir un golpe de estado en Ecuador, país al que ninguno de los dos viaja.

La idea de dos periodistas inventándose noticias sobre un conflicto bélico en el que no están es brillante, y podría haber supuesto una gran crítica a los medios y a cómo nos llega y asimilamos la información. Pero no. Los fotogramas se llenan de diálogos sosos y bromas trilladas, sin rastro de los comentarios mordaces a los que nos tiene acostumbrados.

La trama que hace aguas por todos lados, como si en el largometraje Gervais fuera incapaz de controlarlo todo y los gazapos e incoherencias se desparramaran por todo el guión. Lo que parecía una ácida comedia acaba siendo una historia romántica de personajes que no interesan a nadie. Lo mejor que se puede hacer con ella es evitarla.

Galletas con sabor a limón con coco y cacahuetes con sabor a coco


Cacahuetes con cáscara con sabor a coco de Farm Pack

Me los trajo una amiga porque sabe que me gusta el coco. Realmente, tienen aroma de coco pero resultan sosos, además de terminar en un regusto amargo. Mientras que los cacahuetes con cáscara típicos de aquí me dan ganas de comer más y más, el sabor de estos no me impele a devorarlos como un cafre. Hay gustos pa' to'.



Galletas de cereales con coco y sabor limón de Natursoy

El crujiente de la galleta, gracias a los granos de arroz y los trocitos de coco en la masa, es agradable. Es divertido morderla. Pero el sabor... El toque de limón no me gusta. En una galleta de este tipo, un galletón redondo americano, uno espera dulce (y más teniendo coco, que apenas se aprecia).

Comparadas con las Chips Ahoy! (33g/100g) y las Marie Lu de Fontaneda (23g/100g), tienen menos azúcar, 18g por cada 100g de galletas. Utilizan azúcar de caña (además de trigo, avena y cebada) de cultivo ecológico certificado. Son aptas para veganos y ricas en fibra.

El título "descartado" del último tomo de Silvio José de Paco Alcázar


Silvio José, rescatado es el tomo recopilatorio que cierra la serie del parásito creado por Paco Alcázar para El Jueves, revista que abandonaría tras la polémica por el veto a una portada de la sucesión monárquica. El título, curiosamente, no tenía que ser este porque, irónicamente, depuso cortésmente la sugerencia primera del autor.

Según admitió el autor en su propio blog, la "primera opción era titular este libro Silvio José, Descartado, pero en Astiberri no se mostraron muy entusiasmados con la idea (ejem, desde un punto de vista comercial lo puedo entender)". Y no es de extrañar, pues el volumen recoge todas las historietas que fueron desechadas de los cuatro anteriores, sea porque cortaran el ritmo de alguna trama principal, sea porque no estaban a la altura de las demás.

Alba Diethelm, coeditora de Caramba Comics con Manuel Bartual, sacó a Alcázar del apuro sugiriéndole el nuevo título, casi un anagrama del primero, aunque mucho más positivo.


Adulthood is a myth de Sarah Andersen


Sarah Andersen (1992) es una dibujante que se ha hecho famosa publicando sus cómics y chistes en Facebook. Gracias a la gran repercusión que han tenido también en webs de humor como 9gag, goza de gran reconocimiento en la red.

Sus tiras la tienen a ella, o a su alter ego dibujado, como protagonista: una joven de 24 años adicta a la procrastinación y a la lectura con alergía a las aglomeraciones y a las convenciones estéticas. Sarah es, básicamente, una de tantas frikis de internet. Por supuesto, en la página de la editorial Andrews McMeel Publishing no la definen así sino que la etiquetan como millennial, ese nuevo cajón de sastre.

Esta recopilación sigue siendo tan divertida como lo visto en internet. Hay tiras nuevas y tiras ya aparecidas. Yo no recordaba ninguna y me han hecho mucha gracias. No es una gran dibujante pero tiene buen ojo para captar los nuevos y raros comportamientos de los primermundistas de hoy, además de una gran habilidad para plasmar cualquier emoción en pocas líneas. Sus cómics están especialmente indicados para todos los frikis que pueblan la red.

Desgraciadamente, como es habitual en las publicaciones de creadores que pasan del mundo virtual a las páginas de papel, no se le ocurrió guardan los dibujos en una resolución decente y hay ilustraciones que tienen líneas pixeladas que parecen dibujadas con bloques de Lego.

La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco, por Max Aub


La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco es una pequeña joya editada con mimo por Cuadernos del Vigía, que contiene un CD con el cuento leído por el propio autor. El audiolibro de casi 40 minutos supondrá un maravilloso tesoro para los seguidores del escritor; no tanto para sus lectores esporádicos. Las erres de Aub desbancan y superan en desastrosa dicción a las de Cortázar. ¡Y aún el argentino resultaba agradable al oído y entonaba bien! Intentar escuchar el CD de un tirón no debería hacerse sin que un juez del libro Guinness de los Récords dejase constancia de la hazaña.

Por suerte, esto es lo único que se le puede achacar a la obra. El relato de Aub es un cuentazo. La prosa se construye listando todo lo que se habla en el café Español de Ciudad de México, donde el camarero sonorense Ignacio Jurado Martínez es testigo de la llegada de los exiliados españoles a su país. Intercalando las voces entrecortadas de los devotos feligreses, recrea la algarabía de un bar. De esta madeja embrollada, los oídos de Nacho desenredan e hilvanan la realidad española. A través del comportamiento de estos emigrantes, en el lugar donde más a gusto se encuentran y donde más sinceros se muestran, Aub explica la actitud española hacia Franco, el enfrentamiento entre las diferentes facciones de sus contrarios al dictador, y la relación entre defensores y opositores.

Libro Mex publicó este libro de apenas cincuenta páginas en 1960 y Max Aub murió en el 72, tres años antes que el caudillo. La nota editorial previa de la edición española de Cuadernos del Vigía (2014) liga la irónica "verdadera historia" del título con la aclaración del autor en Luis Buñuel, novela (también de Aub) donde escribe: «Si he subtitulado este libro novela es porque quiero estar lo más cerca posible de la verdad. Las anécdotas, los cuentos, lo inventado acerca de un personaje o un hecho son mucho mejores para conocerlo que los documentos».

Aunque no se esté de acuerdo con esta afirmación, el ejercicio de inventiva de Aub es maravilloso porque hace una radiografía dolorosamente sincera del orgullo contradictorio y bocazas español. A través de los ojos de este mesero mexicano, se retrata un país que, después del dictador, ha tenido los presidentes que se ha merecido. Con un estilo definido y trabajado que transmite muy bien la idea de los que se está contando, Aub deja en evidencia el guirigay de desterrados que a cada cambio de calendario aseguraban: «Este año cae Franco».

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Quatretondeta de Pol Rodríguez


Por el título pensé que era italiana, pero es española, ubicada en Alicante. ¿Está bien? ¿Está mal? Es complicado. El problema es que, lo que en principio parecía una comedia, es drama; y lo que era drama, se convierte en videopromoción de las fiestas de Moros y Cristianos de la zona.

Dicho así suena muy mal, lo reconozco. La película no me disgustó, por momentos me encantó, pero este popurrí de géneros, de intenciones y de personajes me ha confundido demasiado. Tomás (José Sacristán) quiere enterrar a su esposa en Quatretondeta, pero no puede porque la familia de Francia quiere que llevarla a París. Ante la amenaza de que la alejen para siempre de él, roba el coche fúnebre con el ataúd dentro y se lanza a la carretera.

En su huida se encontrará con el Genovés (Sergi López), un granjero muy basto y muy arraigado a las costumbres populares. La interpretación de Sacristán es rara. Su personaje es demasiado parado, lento, y rompe el ritmo de la comedia. Paralelamente, Dora (Laia Marull), la hija de la difunta, intentará descubrir qué ha sucedido con su madre porque Iñaki (Julián Villagrán), el dueño de la funeraria, le oculta la verdad por miedo a que una denuncia le arruine el negocio familiar.

El encuentro entre Tomás y el Genovés y el juego de mentiras y malentendidos que se produce entre Dora y Iñaki son divertidísimos. Es un humor muy refrescante. Julián Villagrán y Sergi López son los guías de la risa mientras Sacristán y Marull revolotean alrededor despistados, incrédulos ante lo que sucede. El peso dramático de estos dos últimos actores, a partir de cierto punto de la trama, arrastra las carcajadas al terreno de lo emotivo y lo existencial.

La película reflexiona sobre el retorno a los orígenes, a la tierra, y fantasea con el fantasma de la buena vida en el campo sin que nadie pudiera preverlo. Este desfase entre lo que apuntaba la historia al principio y lo que acaba siendo tiene su eco en las actuaciones. Sergi López podría servir de puente entre el histrionismo de Villagrán y la gravedad de los papeles teatrales de Marull y Sacristán, que no entendemos al principio por falta de información.

La película tiene momentos muy divertidos y muy agradecidos. La parte dramática tampoco está mal aunque no comparta su falso bucolismo. En el reparto hay actorazos y lo demuestran con creces. Lo peor es la falta de cohesión de los distintos elementos. Recomiendaría Quatretondeta porque es capaz de alegrar al espectador, de hacerle pasar un buen rato y emocionarlo, pero ni de lejos me parece una película redonda porque cojea demasiado.

Escuadrón Suicida es lo que forman los productores de Warner Brothers [SIN SPOILERS]


En Warner Brothers van como pollo sin cabeza porque Marvel les está comiendo la tostada. No hablo aquí de calidad sino de productos de entretenimiento. A mí, el venerado Batman de Nolan me resulta soporífero. Mi pareja me habló tan mal de Superman: Man of Steel, pero tanto, que no me he atrevido a verla. Con Batman v. Superman, lo mismo: las malas críticas me echaron para atrás.

Escuadrón suicida no me llamaba porque olía mal desde el tráiler pero fuimos; y sí, fue un acto suicida. No sólo me aburrí horrores sino que se trata de un pastiche sin pies ni cabeza. No es que las de Marvel sean mucho mejores pero, al menos, me río. Marvel sabe equilibrar la acción y el humor, saben presentar a sus personajes y adaptarlos adecuadamente a la gran pantalla.

En esto de ser graciosos, a Marvel no le falta experiencia, pues así son sus cómics. DC es más seria, más oscura. Los personajes de Batman son enfermizos. Batman es enfermizo. Todos parecen salidos de un manicomio de pesadilla. En mi etapa adolescente, sí que leí historias únicas como Arkham AsylumThe killing joke o The Dark Knight Returns pero no me enganché a ninguna serie.

Fui mucho más de Marvel por lo dicho: la diversión. El hombre murciélago y el hombre de acero no me atraían. Tiempo después, cuando empecé a escribir reseñas, indagué un poco más en los universos de ambas compañías. La impresión que tuve es que Marvel ha construido un mundo mucho más homogéneo, donde la mayoría de personajes siguen una línea similar.

En DC, hay personajes que son superhéroes cien por cien, pero luego tienes otros que pertenecen a géneros distintos como el terror, la brujería y la espada, la ciencia ficción, infantiles, adultos,... Me viene a la memoria un crossover donde aparecía Batman conversando con un chimpancé con gorra de Sherlock Holmes y sólo recuerdo pensar que aquello no pegaba ni con cola.

Lo mismo sucede con esta película. No se entiende por qué la elección de esos personajes y no otros. No sé sabe, acabada la película, ni siquiera para qué los reunieron. Los dos únicos que tienen algo de carisma son Harley Quinn (Margot Robbie) y Deadshot (Will Smith). El resto están para chistes malos puntuales o como relleno para fondos.

No ves una unidad como con Los Vengadores. ¿Para qué necesitas a un tipo que lo único que hace es lanzar bumeranes cuando tienes a Deadshot, que no falla un disparo? ¿A qué viene la japonesa de la katana y su historia con su espada sin desarrollar? ¿Y ese supuesto líder del ejército a quien le roba la voz en cada escena el omnipresente Will Smith? Falta conocerlos, empatizar con ellos.

Y luego está Amanda Waller, esa wannabe de Lex Luthor que va toda rechulona la película entera sin hacerse un rasguño. Se cree una especie de genio de la conspiración con sus conexiones políticas de pa sucat amb oli y sus increíbles capacidades para manipular a todo quisqui y, después, no controla nada, es incapaz de todo y, por culpa suya, se desata lo que se desata.

No me voy a extender aquí destripando la ¿trama? pero el proyecto, tal vez, podría haberse salvado si los productores no hubieran metido mano, acongojados por las mala recepción de Batman v. Superman (que también peca de ser un pastiche), y hubieran ido rebajando la oscuridad del filme para acercarlo a los coloridos productos marvelianos.

No, uno tiene que jugar con sus cartas. ¡Tienen a los dos primeros superhéroes de la Historia, con un bagaje cinematográfico lleno de nostalgia con figuras como Christopher Reeves, y son incapaces de ver la senda! DC no es Marvel ni debe serlo. Warner debe ofrecer algo distinto, sin meter héroes por meter. Crear una trama simple que valga la pena y completarla con buenos diálogos.

Para ver todos los descalabros y absurdeces de la producción de Escuadrón Suicida, este artículo en inglés de Yahoo está genial y recomiendo su lectura. Si las cosas fueron como explican, normal que haya salido este aborto tan mal compensado, con una historia sin rumbo y unas escenas que no se entiende qué hacen ahí.



Frases de Duolingo raras, ridículas e inquietantes


Estudiando portugués con Duolingo me he encontrado con numerosas frases raras, ridículas o inquietantes. Por el camino, se han perdido algunas pero he podido recoger unas cuantas que, si no son claro ejemplo de que la inteligencia artificial del método necesita mejorar, acaso sean la prueba innegable de que se ha perfeccionado tanto que se ríe de nosotros antes de someternos como Skynet. Ahí van, copiadas literalmente:

  • Por que tantos nomes?
    • ¿Por qué tantos nombres?
  • Sim, eu sou um príncipe.
    • Sí, soy un príncipe.
  • Exatamente com os velhos coronéis.
    • Exactamente, con los viejos coroneles.
  • Curto, longo, não importa.
    • Corto, largo, no importa.
  • Eu como embaixo da mesa.
    • Como debajo de la mesa.
  • Você acha que eu sou seu brinquedo?
    • ¿Piensas que soy tu juguete?
  • Ele supõe que somos humanos.
    • Él supone que somos humanos.
  • Ela grita com o porco.
    • Ella grita con el cerdo.
  • Nós somos diferentes quando dormimos.
    • Nosotros somos diferentes cuando dormimos.
  • Eu vejo a ponta do sanduíche.
    • Veo la punta del sandwich.
  • Você é uma máquina?
    • ¿Eres una máquina?
  • Apesar disso, nós somos bons.
    • A pesar de eso, somos buenos.
  • América, aqui estamos.
    • América, aquí estamos.
  • Você não existe.
    • Tú no existes.
  • Nós também somos vítimas.
    • Nosotros también somos víctimas.


Aquarius Vive Lima Limón y Tropical


Este verano, Coca-Cola ha sacado una nueva línea de refrescos sin gas bajo la marca de Aquarius y el subtítulo de Vive. Los he probado y me han gustado, no tanto como el sabor original pero más que el infame sabor naranja (esto es grave: ahora vas  a sitios y pides un Aquarius y te preguntan cuál quieres; si respondes "el de siempre", no saben cuál es, si el de limón o el de gelocatil).

Son más dulzones. El de Lima Limón me recuerda al líquido del Calippo aguado y el Tropical no sabría decir, tal vez mango. (Todas las bebidas que salen en España con el nombre de Tropical llevan mango, así que a lo mejor no me equivoco.) Las dos llevan zinc, vitamina B3, extracto de Baobab y son bajas en calorías (18-19 kcal. frente 26-32 kcal. de los original y 1 kcal. de las versiones Zero).

La publicidad de los "vivos vivientes" con la que han presentado el producto me parece horrible, al igual que la idea de presentarlo como algo supuestamente saludable. Tienen menos azúcar que los originales (2g menos por cada 100ml) pero, igualmente, suman 14,2g en cada lata (4,3g/100ml). Contando que para adultos el máximo diario es de 50g (ideal 25g), pues rico estará pero saludable no es.

El rey Lear de la estepa de Turguéniev


El rey Lear de la estepa de Iván Turguéniev es una versión en prosa y adaptada al entorno ruso de la obra teatral de El rey Lear de Shakespeare.

En el drama inglés, el monarca decide repartir su reino entre sus tres hijas. Cuando les pide que declaren su afecto por él, dos de ellas le regalan los oídos mientras que la tercera, Cordelia, evita hacerlo y simplemente le responde que le profesará el amor que toda hija siente por su padre. A Lear, arrobado por las lisonjas de las otras dos, le suenan a poco las palabras de Cordelia y la deshereda. Al final, descubrirá cuán equivocada fue su decisión, dejándose adular por la mentira y despreciando la sinceridad de su hija menor.

En la estepa, Lear se llama Martín Petróvich Járlov y es un mastodóntico viudo ruso de voz atronadora que, tras interpretar un sueño como una visión agorera de su postrera hora, decide repartir sus propiedades entre sus hijas. Aquí, la progenie la conforman dos chicas y no tres, y parece que ninguna de ellas será Cordelia. El papel de buena consejera lo tendrá Natalia Nikoláievna, la madre del narrador, un joven de menos de quince años que es testigo de la caída del gran Járlov.

La presentación de los personajes es buena, si bien son típicos y planos. Se hace una descripción física y psíquica entrañable de todos ellos, muy bien perfilados, sólo confundibles por los cincuenta mil nombres que tienen, entre patronímicos, diminutivos y motes. Turguéniev sabe dosificar la historia y hacerla progresar con morosidad. Pero, aunque disfruté de la narración, quedé insatisfecho. Como me apuntó mi pareja, la razón que yo no sabía verbalizar era que "la obra se había pasado de largo para ser cuento y se había quedado corta para ser novela".

Después de un desarrollo tan reposado, el desenlace de esta nouvelle de 172 páginas pasó demasiado veloz. Me quedé con ganas de que el autor profundizara en los pensamientos e intenciones de las hijas, que en todo momento desconocemos. ¿Por qué tratarían mal a su padre? ¿Hizo algo mal más allá de donar sus posesiones antes de estar de cuerpo presente en el ataúd? Járlov aparece como inocente ante mis ojos, un hombre simple, ingenuo. ¿Y sus hijas? ¿Quiénes son ellas? ¿Por qué actúan así?

El rey Lear de la estepa es una lectura agradecida y agradable. Al cerrar el libro, sin embargo, da la sensación de ser el esqueleto de algo mayor abandonado con prisa antes de tiempo, un coitus interruptus literario cuyo orgasmo desinflado opaca todo el trabajo y el placer conseguidos antes del cénit.

La venganza de Jane de Gavin O'Connor


El título La venganza de Jane puede llevar a confusión porque la película no tiene nada que ver con Calamity Jane ni se va a desarrollar una historia al estilo de Rápida y mortal. Originalmente bautizada como Jane Got a Gun no tiene nada que ver con Johnny Got His Gun (Johnny cogió su fusil) y tampoco mucho con la canción Janie's Got a Gun de Aerosmith.

Este western producido y protagonizado por Natalie Portman ha sufrido tantos contratiempos que muchos críticos han afirmado que su making of puede ser más provechoso de ver, llegando a compararlo con Perdidos en La Mancha (Lost in La Mancha), el fracasado rodaje de las andanzas de Don Quijote por parte de Terry Gilliam.

Visto lo visto, sí que da la sensación de que falta metraje o, al menos, explicaciones. Puede ser cosa de falta de presupuesto como de mal guión. La película iba a ser dirigida por Lynne Ramsay (Tenemos que hablar de Kevin), quien abandonó repentinamente el proyecto tras sus desavenencias con Scott Steindorff, uno de los productores.

En el reparto, iban a estar Michael Fassbender como el bueno y Joe Edgerton como el villano. Pero el actor germanoirlandés abandonó el proyecto y Edgerton cambió de bando, se hizo bueno y Jude Law firmó como el antagonista. Entonces, Ramsay se marchó y Law detrás de ella; y hasta el sustituto de éste, Bradley Cooper, se borró de la lista por problemas de agenda con American Hustle.

Finalmente, Gavin O'Connor (Warrior) fue quien se colocaría tras la cámara e Ewan McGregor quien se pondría el bigote falso para hacer de malo. Muchos cambios, muchos retrasos y mucho dinero desagüe abajo. Quiero pensar que la película hubiera podido ser mucho mejor de no haberse torcido tanto las cosas. Así, la historia de Jane Hammond (Portman) hubiera tenido más sentido.

Todo empieza cuando el marido de Jane (Noah Emmerich) vuelve a casa sobre su caballo herido de bala. Le ha asaltado la banda de John Bishop (McGregor) y ha conseguido huir tras matar a cuatro de sus secuaces. La mujer le extrae el plomo y le hace unas primeras curas antes de marchar en busca de la ayuda de Dan Frost (Edgerton), con quien le une un pasado desconocido.

Intercalando el presente con el pasado, la historia irá desvelando sus secretos, qué sucedió hace siete años, cómo se encontró Jane con su marido y de qué conoce a Frost. Es una historia que hubiera estado realmente bien de no ser porque los hilos no están bien tejidos. Hay incoherencias cuya explicación se pierde en agujeros de guión que parecen cráteres marcianos.

Sin embargo, como la trama se va desvelando poco a poco y hasta casi al final no se dilucidan las razones (más bien, sinrazones), la película está fantástica hasta entonces. La tensión y el ritmo son buenos, y el equilibrio entre la acción y las escenas emotivas es excelente. Los duelos se resuelven de manera inteligente e impactante, esquivando los tiroteos excesivos e inverosímiles.

Desgraciadamente, toda la rabia que han ido conteniendo los personajes explota con espectacularidad poco antes del enfrentamiento final, que queda empantanado en un anticlímax apresurado, con algún que otro deus ex machina, que no le hace ningún bien. Es como si el castillo hinchable de un cumpleaños se pinchara a pocos minutos de acabar la fiesta.

Las actuaciones de Portman y Edgerton son buenas, aunque hubiera preferido una heroína de rostro más endurecido y consumido por la intemperie del secarral californiano. Edgerton está tremendo lidiando con sus emociones. Ewan McGregor, en cambio, no brilla, especialmente en el final, donde todo el mundo espera que el villano se luzca más.

El personaje de Jane es verosímil pero choca demasiado con las expectativas del espectador. El título es demasiado equívoco y evoca otras referencias culturales por capricho. No era tan difícil buscarle otro nombre a la protagonista para que no se confundiera con el de Calamity, ni haberle buscado otro predicado distinto al de "got a gun".

Jane no es ninguna pistolera ni lo acabará siendo. Sus habilidades son las de alguien que en raras ocasiones ha empuñado un arma que no fuera de caza. Palabras como "venganza" le pegan a Uma Thurman en Kill Bill y no al rol de Portman, mecho menos activo y nada sanguinario. La venganza de Jane podría haber sido un peliculón de haber podido mejorar su producción o su guión.

Angry Birds, la película


A mí me parecía difícil convertir el juego de Angry Birds en una película. Los de Rovio han tardado tanto en hacerlo que la corona que en su día ostentaron los pájaros cabreados ha pasado ya por las cabezas de Candy CrushClash of Clans y Pokémon GO.

Pese a la demora, creo que la adaptación es buena. Los personajes 2D han sido bien rediseñados en 3D, se le ha dado un sentido al título y la idea de base para la trama está bien. Todo esto resultaría maravilloso de no ser porque el resultado final es una castaña descomunal. Los de Rovio no han sido capaces de desarrollar la historia ni narrarla en condiciones. Tampoco han sabido mantener un equilibrio entre las bromas para niños y para adultos, con momentos esperpénticos. Ni las voces de Santiago Segura y José Mota (geniales en Monstruos S.A.) salvan este bodrio.

Red, el pájaro rojo, tiene problemas para controlar su ira y, tras un incidente, es enviado a un grupo de terapia llamado "Angry Birds". Allí conoce al resto de personajes que aparecen en el videojuego. En este universo donde las aves viven aisladas en una isla porque no pueden volar, todo se trastoca cuando llega un barco cargado de cerdos muy simpáticos que guardan intenciones nada agradables que el protagonista se encargará de desenmascarar junto con sus nuevos amigos.

Como en el juego, el plan secreto de los cochinos es robarles todos huevos para comérselos. Justo en el momento de la película en que lo han hecho, cuando todas las aves se encuentran afectadas por el terrible secuestro de sus hijos, salta uno de los protagonistas y empieza a hacer el "movimiento del esquiador", zarandeando la pelvis adelante y atrás, mientras grita: "¡Tenemos que ponernos en seguida a hacer más huevos!". Me estaré convirtiendo en un pureta porque la supuesta gracia me pareció una salida de tono de muy mal gusto y nada sutil.

Unido al humor zafio, las incoherencias se multiplican, a cada cual peor. Sin lugar a dudas, Rovio no es Pixar. Me mataron cuando los protagonistas deciden subir hasta la cima de un pico pedregosos con forma de águila y, en el transcurso de la escalada, se intercalan escenas de los personajes cruzando selvas y mares. ¿Pero no habíamos quedado que era un cacho de roca pelada totalmente vertical? ¿De dónde sacan que atraviesan un océano?

Me aburrió muchísimo. La trama es un pastiche de sketches malos nada originales. No oí a los niños de la sala reírse, lo cual me sorprendió. Los héroes no acaban de estar bien definidos y los antagonistas están totalmente borrosos. Han conseguido un gran éxito en taquilla, por lo que podrían amenazar con una segunda parte, pero yo me sigo preguntando cómo.

La moraleja de la película es que uno debe controlar la ira... pero luego se soluciona todo con un monumental cabreo. Ante tal ambigüedad, no sé si debo ser comprensivo o sacar la metralleta. Queda clara una cosa: no siempre vale más tarde que nunca. Hay veces que "nunca" está más que mejor.