Pony Malta, el refresco de malta colombiano


Probamos esta bebida gracias a un compañero de trabajo de mi pareja, ex rival de Apalabrados. Es un refresco de malta de cebada made in Colombia. El primer trago que di no me gustó. Me resulto raro, extraño al paladar. No podía asociarlo a nada que conociese. Sin embargo, al día siguiente, cuando la volví a probar, mi opinión fue distinta.

No entendí muy bien el porqué de este cambio hasta que me percaté de que la bebida, al dejarla abierta toda la noche, se había desbravado. Al perder el gas, se volvió más dulce, más suave de sabor. Tiene un color oscuro parecido a la Coca-Cola pero su gusto es parecido al de un zumo de galleta con caramelo que, aun no volviéndome loco, engancha.

No sé hasta que punto me parece bien que un producto dirigido a niños tenga tantas similitudes en el diseño con las botellas y latas de cerveza (recuerdo ahora el champán Pinky, los cigarrilos de chocolate o la Rhabanilla de Berlín) pero está claro que es lo más cercano a una birra que voy a poder pasar por el gaznate sin poner cara de asco.

Drama en el portal

Pintaron el vestíbulo del edificio hace una semana escasa. A algún lumbrera se le ocurrió abrir la puerta empujando con el pie. Si sumamos esta brillante ocurrencia a la de pintar una puerta de acceso diario de impoluto blanco, pues, claro, ya tenemos montado drama en el portal.


Qé! Breik


Qé! Breik sabe a Huesito rancio. Lo llaman "London Snack", supongo que por su mezcla de chocolate y cacahuete. El problema es que el fruto seco brilla por su ausencia y el chocolate no está a la altura de ningún dulce inglés. Es como si te invitan a la boda de Miguel y Eva y no está Eva, sólo un flemático y desabrido Miguel esperando como un pasmarote junto al altar. Y en ningún momento a nadie se le ocurre suspender la ceremonia sino que todos se quedan en sus asientos, aguardando lo que nunca va a llegar, moviendo la mirada en un partido de tenis eterno de Miguel a la entrada de la iglesia, de la religiosa puerta al ambagioso novio. Y es que ni siquiera él se parece al que salía en la foto de la invitación. La chocolatina es más plana y delgada. De hecho, vienen cuatro en el paquete. Abres el traje y resulta que Miguel son cuatro enanos circenses apilados en equilibrio como un Megazord. Y cuando parece que todo lo malo por fin va a terminar, la incomodidad finiquitada con la recompensa de cualquier ceremonia que se precie, descubres que en el banquete no hay filetes sino Qé! Breik, no hay langostas sino Qé!Breik. Mesas y mesas repletas de la endemoniada chocolatina. Y sueltas un "Qé! Mierd" bien grande y sonoro.

Médicos Sin Reparos

En la consulta del urólogo, el paciente derrotado y desesperado llega con su último recurso: la madre andaluza.

–Pues vamos a pedir que te hagan otro contraste... –suelta con parsimonia el médico con pelo engominado con grasa de uro y barba de Pau Donés.

«¡La prueba del laxante, no, por favor! ¡Otra vez, no!» piensa desde su pozo de angustia el enfermo mientras guarda cara de nada.

–...para asegurarnos de que el riñón funciona bien y saber exactamente dónde tienes la piedra.

«Lo he repetido por activa y por pasiva: la piedra está donde estaba cuando me hospitalizaron en marzo, donde estaba cuando me ingresaron en mayo y donde seguía estando cuando vine a urgencias la semana pasada. Todas las radiografías muestran que no se ha movido. ¡Está encallada al final del uréter POR-QUE-NO-PA-SA! ¡Y el riñón está mal! Si no me duele a morir, me molesta. ¡Es agotador! Dicen que el dolor es como el del parto, pero nadie habla de que las molestias son como las de la regla. ¡Quiero dejar de ser una mujer ya!» aúlla en su conciencia el hombrecillo.

–¿Pero, vamos a ver –interviene la madre–, después de tanta prueba, le van a sacar la piedra o no? Porque no puede ser que mi hijo lleve desde marzo con ella y ustedes no hagan nada. Repiten pruebas y pruebas mientras mi niño –treinta y tres años– va a peor. Que tengo conocidos que les han atendido en este hospital y las cosas no se han hecho bien.
–Le aseguro que estamos haciendo todo lo necesario para saber cómo actuar –dice con voz seria como si fuera el doctor Derek Shepherd de Anatomía de Grey.
–¡Pero es que ahora –sube el tono y remarca– le vuelven a hacer la misma prueba que le hicieron en mayo, y estamos en julio y seguimos igual! ¡Lo que no quiero es que mi hijo pierda el riñón como una mujer del barrio que conozco que vive en la calle de enfrente mía que...!
–Usted estése tranquila –la corta el médico con tono de suficiencia– que su hijo no es, ni mucho menos, de los peores pacientes que tengo. Créame.
–¡A mí me da igual que mi hijo sea el peor, el mejor o el del medio! ¡LO QUE QUIERO ES QUE LO CUREN, QUE LLEVAMOS CUATRO MESES Y NO HACEN NADA, COÑO!
–¡Bueno, bueno! –recula el médico–. Que no quiero decir que su hijo no esté mal –y se dirige al mencionado–. Que puedes estar mal, ¿eh?, muy mal. ¡No quiero decir que no puedas perder el riñón, ojo! ¡Tranquilidad!

¿Tran... qui... lidad?


Mad Max: Furia en la carretera


Mad Max: Furia en la carretera relanza treinta años después la saga que protagonizara Mel Gibson en los 80. Su relevo es Tom Hardy, un actor que ha salido en montones de películas que no he visto (a excepción, puedo comprobar, de Black Hawk Derribado). La película ha sido criticada por muchos fans por su enfoque feminista, dándole énfasis a Imperator Furiosa (Charlize Theron) y relegando al hasta ahora protagonista a un segundo plano1.

Igual que la segunda y la tercera, esta cuarta entrega es la narración oral de un personaje que recuerda cómo un tal Mad Max le ayudó en su aventura. Se mantiene su figura mítica pero, cabe decir, alejada del icono molón que creó Mel Gibson. Hardy es un soso a medio camino del donjuán y el don nadie. Este cambio de actor, sin embargo, abre el camino para que la figura de Mad Max deje de referirse a un héroe en particular y pueda convertirse en el nombre que adoptan diversos salvadores en este infausto universo.

El guion vuelve a carecer de lógica pero, además, nos encontramos con una estratagema vil por parte de Warner y DC. Si bien la historia es narrada por otro personaje, se nos presentan recuerdos de Max, imágenes que sólo podría captar él mismo y nadie más. Estos flashbacks nos presentan escenas que no tienen nada que ver con las entregas anteriores. Curiosamente, este mayo salió una línea de cómics de Mad Max en Vertigo que los explican. ¡Pringado de mí que me he tragados las pelis anteriores, que son un bodrio, para enterarme!

Por las críticas que he leído en Amazon, los cómics que supuestamente explican los orígenes de Imperator Furiosa no sólo están dibujados con el orto sino que no explican nada valioso. Luego, hay una trama que explica la infancia de Nux, otro que pulula por ahí, pero también aporta cero patatero. Sin embargo, hay una tercera en donde se explica cómo Mad Max recupera su coche (que perdió por allá en la segunda, en el año 1981) y quién es la niña que aparece repetidamente en sus recuerdos.

Hay una cuarta que habla de Inmortan Joe y cómo llegó a conquistar la Ciudadela. Por lo visto, su nombre real era Joe Moore, coronel veterano del ejército durante las llamadas "Guerra del Petróleo" y "Guerra del Agua", en ambas reverenciado como héroe. Una vez acabadas, viendo el percal, se fue con sus hombres a la Ciudadela y la tomó, para luego convertirse en ese clon de villano ochentero que habéis conocido en Fury Road, de cuyo yugo todos quieren escapar.

A mí, esto, más que una estrategia comercial, me parece un timo. Es como las pelis de Marvel, donde necesitas haber visto las otras para enterarte de ciertas cosas. Es obvio que no resulta esencial para captar el significado último de la obra, que a fin de cuenta es lo que es y no hay más que rascar, pero acabas pagando por algo que queda a medias, está incompleto. Si fuera un videojuego, ahora nos estarían vendiendo los DLCs.

En una clasificación de todas las películas, pondría la primera como la más creíble y angustiosa pese a su falta de recursos. La segunda es mucho más fantástica e inicia el imaginario de Mad Max con una mezcla de Ángeles del Infierno y musculocas del leather. La tercera explota esta imaginería pero dulcifica la idea original en un intento ridículo de hacerla para todos los públicos. Finalmente, esta cuarta lo actualiza todo sin ser rupturista y se convierte en la mejor en cuanto acción se refiere.

Porque nadie va a negar que las persecuciones de esta última entrega son las mejores de toda la saga. Son alucinantes. Estás en vilo hasta el último momento. En espectacularidad no tiene parangón; en guion, tampoco, porque podría decirse que es hasta más idiota que las anteriores2. Tanto en lo malo como en lo bueno, se lleva siempre la medalla.

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1 No creo que quede un segundo plano por culpa de Theron sino porque el tal Hardy no resulta atractivo, es una especie de sombra interpretativa. Mel Gibson, hablando poco o nada, tenía más gancho. Luego, están todas esas lagunas que impiden dar un mayor trasfondo o ampliar el personaje de Mad Max. En comparación, Imperator Furiosa resulta infinitamente más novedosa e interesante.
Y, sobre el tema del feminismo, no creo que haya tal debate. En la segunda había mujeres luchando y en la tercera Tina Turner era la jefa del cotarro. Aquí tenemos ambas cosas. En caso de que la consideren "feminista" porque la misión trata de rescatar a esclavas sexuales del tipo que las viola pues, qué puedo decir, más que feminista es humanismo puro y duro.

2 Sobre las absurdeces de la historia dije que iba a hablar detalladamente pero, vistas todas, no hay nada nuevo bajo el sol. Pero es llamativo que, veinte años después, con su tierra destruida, las Vuvalini sigan tendiendo trampas en una zona despoblada. ¿Viven ahí? ¿Dónde consiguen el alimento cuando no se ve ninguna población alrededor? ¿Y quienes son esos zancudos que se muestran para nada? ¿O cómo es posible que tarden tan poco en volver cuando ir les ha costado media vida? ¿Y cómo era de genial el plan de Imperator si necesitaba a otra persona para que condujera el camión? Si no llega a aparecer Max, adiós, muy buenas, ¿no? ¿Y cómo es que Nux no se despierta cuando Max le está intentando romper el pulgar a mordiscos pero sí cuando oye el ruido del camión? Y lo más desquiciante: ¿cómo puede ser que en un mundo tan sediento por la escasez de agua, se desperdicie de manera tan estúpida? En fin...


Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno


Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno (1985) es la tercera entrega de la saga original. Al igual que en la tercera de Star Wars (episodio sexto), aparecen niños que harán la peli más cuca, aunque esta vez sin disfrazarlos de Ewok. A la ambientación enfermiza de las dos primeras, se unen cancioncillas simpaticonas y malos poniendo cara de tonto cuando los golpean. Se echa en falta algún tartazo. Quedan atrás los asesinatos y violaciones de las anteriores. Ahora Mel Gibson es Indiana Jones.

Mantiene la falta de lógica argumental pero le demuestra al mundo contemporáneo que una mujer de más de cuarenta años puede actuar y estar de toma pan y moja, siendo la líder que necesita una banda de musculocas, gordos y enanos. La organización social de Negociudad no tiene sentido alguno. No sólo  depende del saber de un sólo hombre para generar energía sino que se dedica al cambalache y el regateo en una zona donde no hay ninguna otra población. Esta sola en mitad del desierto pero incomprensiblemente llena de mercaderes. Cuando todo termina, uno se pregunta si Negociudad se quedará sin poder aprovechas sus recursos y desaparecerá o, en realidad, todo el follón por mantener al ingeniero no ha sido más que una solemne tontería.

Para los amantes de las persecuciones sobre ruedas, qué decir, esta es la entrega más pobre. La secuencua final sobre raíles es también un absurdo. Sólo hay llanuras arrasadas y yermas en torno a Negociudad pero, voilà!, hay unas vías en perfecto estado, sin obstáculos, para rodar la persecución. Y, lo más importante, hay hierba y plantas junto a los raíles, es decir, agua. Esta saga podría tener alguna razón en cómic, donde la fantasía tiene más manga ancha, pero en imagen real es más que sobradamente vergonzante.
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PD: Que Bruce Spencer interprete a un nuevo personaje (Jebbediah) que es calcado al que ya hizo en la segunda (Capitán Gyro), no sé si es falta de imaginación o ganas de crear confusión. Por lo visto, en internet hay bastante discusión estéril acerca de ello.

Mad Max 2: El guerrero de la carretera


Si Mad Max nos presenta el comienzo del fin de la civilización, donde ciudades casi desiertas se ven invadidas por moteros asesinos, en Mad Max 2 (1981) ya no queda nada de ello. El mundo es una llanura de polvo salvaje.

Es el vestuario y ambientación de esta segunda entrega, y posteriormente de la tercera, la que marca la estética apocalípticogayer que todos recordamos, lejos de la primera, más cutrerrealista. Mad Max 2 se podría considerar la adaptación al cine de un cómic de 2000AD. A diferencia de la que inició la saga, sin embargo, aquí encontramos un final que pretende vislumbrar un resquicio de esperanza en mitad del caos.

Tanto esta película como la tercera y la cuarta son historias narradas por otros personajes que recuerdan la figura de un tal Mad Max. El protagonista de la saga deja atrás su pasado de policía para convertirse en una especie de antihéroe, un personaje de leyenda cuyas aventuras viajan de boca en boca sobre el páramo de este mundo iletrado.

Se mantiene el tono lento, la escasez de diálogos y la banda sonora enfermiza de la primera. Las persecuciones motorizadas vuelven a ser el principal aliciente. La historia es bastante absurda y, si no te gustan los coches ni el ruido de los tubos de escape, te aburrirá como una ostra.


Fotogalería de malosos de Mad Max 2

Locaza peliteñida y su chulo de cuero

Diva Musculoca Singer

Amantes de la pedrería, el morado y las ballestas

El Burrito Tertuliano, restaurante mexicano en Cerdanyola

Passatge Orient 12, Cerdanyola del Vallès

Este restaurante mexicano queda cerca de la estación de la RENFE de Cerdanyola, apenas cruzado el río. Está un poco oculto pero merece mucho la pena.

Nosotros fuimos con prisa. Teníamos sesión en el cine a las 21:00 y llegamos a las 19:30. Fue culpa nuestra ir tan justos. Sin embargo, aunque al principio pensé que iban a ir muy lentos y que tendríamos que comer atropelladamente, nos sirvieron con un buen espaciado entre platos y en ningún momento tuvimos que engullir sin masticar por culpa del reloj.

Foto del interior del restaurante mexicano El Burrito Tertuliano
Interior del restaurante. Hay otra sala pasada la barra
con más mesas.

Al buen servicio y atención se le suma un local agradable, con el toque justo para dar ambientación sin resultar recargado u hortera. Tenía puesto el aire acondicianado, no muy fuerte, y se está bien. Ofrecen combinados como el Margarita o la Piña Colada (también, sin alcohol). Los sirven con unas palomitas espolvoreadas con ¿queso y pimentón? muy adictivas

Bebidas de Margarita de fresa y Piña Colada sin alcohol con unas palomitas aderezadas para picar
Margarita de fresa y Piña Colada sin alcohol
con unas palomitas aderezadas para picar

Probamos platos que no habíamos probado aún, como los llamados "Nolitos", una ensalada de tiras de nopal (chumbera) y tomate. Era muy refrescante y suave al paladar. Iba acompañada con totopos (los doritos o nachos, como los conocemos aquí) que, a riesgo de equivocarme, no eran de bolsa sino caseros y estaban muy buenos.

Foto de ensalada de nopal y tomate con totopos
Ensalada de nopal y tomate

Luego, si no yerro tampoco, pues me pierdo con los nombres mexicanos, probamos unos chilaquiles, una cazuelita con queso fundido, pollo deshebrado y trozos de tortita. El plato era muy sabroso y, en contra de lo esperado, no me resultó pesado. En realidad, supongo que hubiera tendido a comerme otro más por gula que por necesidad.

Fotode un burrito, comida mexicana
Burrito con ensalada de compañamiento

Comimos dos burritos: mi pareja, uno de carnitas (carne de cerdo) y yo, de huevo. Ambos estaban muy ricos, aunque es justo decir que el de carne me hizo salivar bastante más. De postre, pedimos un pastel de cacahuete relleno de mermelada de fresa bastante potente. Para mí gusto, la cantidad de mermelada era excesiva pero la masa del pastel de cacahuete estaba perfecta.

En la carta del restaurante también hay cebiche, frijoles, arroces, chocolate caliente estilo Oaxaca, pasteles, helados, cervezas mexicanas,... Está muy bien. La comida no es grasa como en muchos restaurantes Tex-Mex donde abusan del queso y las cantidades. El picante va aparte. Quedamos muy satisfechos y con ganas de volver.

La cena salió barata. Los dos combinados, los nolitos, los chilaquiles, los dos burritos y la porción de tarta sumaron 18,90 euros, menos de 10€ por cabeza.
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Teléfono de reservas: 93.691.97.53
Página de Facebook: https://www.facebook.com/pages/El-Burrito-Tertuliano/154533581286120
Página de Google+: https://plus.google.com/116960754027329654628/
Página de TripAdvisor: http://www.tripadvisor.es/
Horario:

Arte urbano en Tokyo, Japón

No me centré en buscar obras de arte por la calle pero hice unas pocas fotos de arte urbano en el concurrido barrio de Shibuya y en la famosa calle de Kappabashi-dori, en Tokyo.

Mosaico de gato de la fortuna en el barrio de Shibuya

Precioso graffiti en el cruce de Shibuya, el más concurrido del mundo

Entrada a la librería especializada en cómic Mandarake, también en Shibuya

Trampantojo en la calle de Kappabashi, cuyas tiendas están especializadas
en la venta de utensilios de cocina y sampuru, muestras de plástico de comida

Zumo de tamarindo, marca Foco


El tamarindo es una legumbre originaria de África tropical que se ha extendido por Asia, Oceanía y Sudamérica. ¿A qué sabe? Ni idea. Si debo guiarme por esta bebida, sabe a almíbar de uva diluido en agua. No pude beber más de un trago de tan dulce que es. Si con la misma cantidad (35cl), una Coca-Cola tiene 37,1 gramos de azúcar, el zumo de tamarindo marca Foco contiene 57. Es una bomba de azúcar imposible de digerir.

Girlhood de Céline Sciamma


Girlhood, cuyo títul orginal en francés en Bande de filles (Pandilla de chicas), bien podría haberse titulado Chonificación en español. Bromas aparte, Sciamma vuelve a demostrar tras Tomboy que es una grandísima directora a quien, en mi opinión, se le siguen resistiendo los finales.

Marieme es una chica negra residente en los suburbios de París, esas Ciudades Badia inmensas que rodean la capital del buen gusto y, por lo visto, la segregación racial. Repletas de inmigrantes con menos futuro que un sobre en la puerta de Génova 13, donde la cultura de servir al hombre domina, la callada adolescente ve cómo la última puerta para salir del gueto se le cierra. Entonces, conoce a Lady, Adiatou y Fily, tres chavalas que hacen los que le da la gana y en cuya amistad encuentra la libertad que le falta.

Esto podría ser un argumento más de adolescentes soeces comportándose como matones que, en realidad, son guays o, por el contrario, un dramón de tomo y lomo, una catábasis al peor de los infiernos. Pero Schiamma sabe de cine. A lo largo de una calma e introspectiva mirada sobre la el desagraciado paisaje de la banlieue, enseña cómo la presión del barrio condiciona el comportamiento de sus residentes, cómo las mujeres no sólo tienen la obligación de tener una actitud agresiva para defender su posición en la jerarquía sino, además, deben ser modelos de decencia y virtud. Deben ser las más fuertes pero, a la vez, las más amables y solícitas.

A Marianne esta situación la asfixia y nadará a contracorriente para escapar de ella. El problema es que, al igual que Tomboy, no cierra bien el círculo. Hay un mensaje claro, la lucha, pero la trama naufraga, va a la deriva a partir de cierto momento. Es un punto y aparte que la divide en dos para... no añadir nada. Lo mismo hubiera dado que estuviera esa parte final o no. Se alarga la película para no mostrar nada esencial porque todo lo que era necesario decir ya ha quedado más que sobreentendido. Esta última parte parece más necesidad de la directora que de la película.

Por suerte, pese a que no haya ninguna medalla dorada en la meta, el recorrido es puro talento, perfectamente medido y cuidado: las luces, los colores, la composición de los planos, los silencios, el vestuario (diseñado por la propia Schiamma), la interpretación de las jóvenes (todas ellas actrices noveles), la banda sonora de Para One (música electrónica muy bien utilizada),... Todo me ha maravillado y me ha mantenido en vilo. Lo disfrutas porque estás viendo algo que no es plano, algo cuya ejecución ha sido pensada y repensada para acertar, para ser arte.

Plan B de Chester Himes


Plan B (1993) es una novela policiaca póstuma de Chester Himes, inacabada. A diferencia de Almas muertas de Gógol o Las aventuras del buen soldado Svej de Hašek, también inconclusas por fallecimiento de sus autores, aquí sí se aprecia el coitus interruptus. Los dos novelones, por su ritmo moroso y extensión (527 y 736 páginas, respectivamente), no acusan la ausencia de un punto final. Pero Plan B, con sus 200 páginas, es sencillamente el prólogo, el acondicionamiento del terreno para desarrollar la trama. Tanto es así que el editor reconstruye someramente el resto de la historia que tenía planificada el autor.

El resumen sabe a poco por el magnífico desarrollo de la novela hasta entonces. Este undécimo libro iba a cerrar el ciclo de Harlem con la muerte de uno de los protagonistas, la pareja de detectives negros de Nueva York Grave Digger Jones y Coffin Ed Johnson. Himes sabe perfilar un personaje y sabe enmarcar una situación. Si se permite hacer la comparación, su narrativa es puro Tarantino: violenta, malhablada y repleta de humor. A través de sus personajes describe la sociedad podrida en la que se encuentran, impregnada de ese racismo invisible más por asumido que por resuelto.

Afroamericano, Himes nació en 1909. Con doce años, vio cómo a su hermano, herido por una explosión química, se le denegó la atención médica en un hospital de acuerdo con las leyes de Jim Crow de segregación racial. Tras ser condenado a veinte años de prisión por un robo a mano armada en 1928, Himes empezó a escribir relatos cortos desde la cárcel para ganarse el respeto de los guardias. Estos relatos empezarían a publicarse en revistas a partir de 1934. En 1936 salió en libertad condicional bajo custodia de su madre. Decidió emigrar a Francia en los 50 debido a la popularidad del país en los círculos literarios de entonces.

Es en el vecino galo donde encuentra el éxito como escritor gracias a Marcel Duhamel, editor de la Série Noire de novela policiaca de Gallimard. En EE.UU. se había centrado en novelas realistas acerca de las tensiones raciales y había obtenido moderada repercusión. Duhamel le sugiere que escriba relatos de género negro (pun not intended) ambientados en Harlem. Por amor a Imabelle, primera de la serie que concluye Plan B, obtuvo el premio del Grand Prix de Littérature Policière de 1958 y el reconocimiento de plumas como Jean Cocteau y Jean Giono. Murió soñando comprarse una casa en Alicante, pues para vivir en la Costa Azul no le llegaba.

Es importante su biografía para entender sus novelas. Plan B relata la delirante matanza que se desata cuando, en los barrios pobres de Harlem, los negros empiezan a recibir fusiles M14 del ejército de Estados Unidos sin marca de fábrica. De los guetos salen buscando venganza aquellos que no tienen nada que perder. La reacción blanca no se hace esperar. Es una respuesta desproporcionada y ridícula que acaba causando más víctimas que la de los propios asaltantes negros. Los enfrentamientos van en aumento y los dos detectives protagonistas deberán investigar el caso.

Paralelamente, se describe la genealogía de un tal Tomsson Black. A través de ella, conocemos los orígenes del conflicto xenófobo en Estados Unidos. Es descrito de modo descarnado, con un humor cáustico muy apropiado para describir semejante locura fratricida. Himes no se sirve del victimismo para hablar de odio racial. Si los blancos son imbéciles y reprimidos, los negros son gilipollas y pasivos. La vida de Tomsson Black va avanzando lentamente hasta coincidir con la ola de terror que siembra Nueva York. Y, entonces, termina como un precipicio. Como colofón, el editor añade un resumen con lo que hubiera sucedido si Himes hubiera proseguido.

Es un placer cómo presenta los acontecimientos, el ritmo y el humor que utiliza, combinando bien las dos tramas hasta su punto de encuentro, pero igual de relevante es el lenguaje utilizado. Si bien hay que dejar el prólogo para el final, es interesante leer la nota de traducción de la edición de Akal. En español, se traduce indistintamente el Black English de los negros y el Southern English de los blancos (white trash), reproducidos fielmente por Himes para crear una barrera lingüística entre ambos grupos y, a la vez, separarlo del inglés estándar. En la traducción castellana sólo se mantiene esta última distinción entre español estándar y otro "mal hablao".

A este respecto, la traducción de Axel Alonso Valle me ha gustado mucho. He intentado encontrar el ebook en inglés para comparar y apreciar las diferencias pero no he tenido éxito. Además de Plan B, Akal ha publicado las cinco primeras novelas del ciclo de Harlem en edición digital a un muy buen precio (cada una por debajo de los 4€). Espero que todas sean tan buenas, críticas, salvajes y divertidas como esta última entrega.

Lee un fragmento de Plan B aquí:
http://aningunsitioperoquesealejos.blogspot.com.es/2015/07/respeto-por-los-derechos-civiles.html

Citizenfour


Dirigido por Laura Poitras, Citizenfour (2014) es la última pieza de la trilogía sobre la Guerra contra el terrorismo desatada a partir del atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2011.

Las otras dos son My country, my country (2006), que sigue la trayectoria de un candidato sunní durante las primeras elecciones libres en Irak en 2005, y The Oath (2010), que explica la historia de Abu Jandal, ex guardaespaldas de Osama bin Laden, y de Salim Hamdan, prisionero en Guantánamo y primer hombre sometido a los controvertidos tribunales militares

Desde que rodara My country, my country, Laura Poitras está en la lista de vigilancia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, siéndole asignado uno de los niveles de amenaza más altos. Siempre extrema las medidas de seguridad para la información que maneja y, actualmente, colabora con Glenn Greenwald en tareas de edición en The Intercept, publicación que busca compartir las filtraciones acerca del espionaje de la NSA.

Citizenfour es el pseudónimo que utilizó Edward Snowden para ponerse en contacto con Poitras tras comprobar que ningún canal de comunicación con el periodista de The Guardian Glenn Greenwald era seguro, pues estaban todos intervenidos. La directora filma el encuentro entre Snowden y Greenwald en Hong Kong, además de capturar los pensamientos y propósitos del ex consultor tecnológico. También se muestra, someramente, los pasos que debieron seguir para destapar la información.

Como testimonio histórico, este documental es necesario. Hay que contar las dificultades que comportó grabar algo así, moverlo de país en pais, poder editarlo y estrenarlo, una tarea nada baladí, tremendamente arriesgada. El problema para mí, como espectador, es que las dos horas de metraje no me aportaron demasiadas novedades. El documental es el testigo que reafirma y corrobora lo sucedido pero no amplía el conocimiento acerca del sistema de espionaje.

Los primeros minutos son bastante confusos porque son un torrente de información auditiva y escrita que me resultó complicado de seguir. El ritmo se apacigua luego y se muestra la entrevista de Greenwald a Snowden, rodada como si de un reality se tratase o, siendo más elegantes, en estilo de cinéma vérité. Finalmente, se explica superficialmente las acciones de Snowden para llegar a Moscú tras la revelación pública de la información.

Citizenfour se me hizo aburrido. No descubrí nada nuevo. Quería saber cómo Snowden llegó a planear todo lo que hizo. Este documental acerca de su figura durante el proceso de la filtración no busca ensalzarlo sino humanizarlo. Si puedo apuntar algo que me haya quedado después de verlo es la apreciación explícita del ex consultor acerca de que, si bien todo esto ha salido a la luz, a nadie le sorprende. Estamos vigilados, controlados, y parece que nada de ello nos escandaliza.

Señalítica de Japón


En Japón, me dediqué a sacarle fotos a las señales y paneles informativos que me llamaron la atención. Algunos me parecen divertidos, otros curiosos. Resutla llamativo cómo han adatado el lenguaje del cómic en algunos casos para transmitir mejor el mensaje.

Los ciervos de Nara no son animales domésticos. Son animales salvajes que pueden embestir a niñas y a viejas. Va en serio. A mí casi me meten un cuerno por... ahí.

Si se te cae algo a la vía, no bajes a recogerlo. Es peligroso. Informa a uno de muchos encargados disponibles que, gustosamente, te lo devolverá. Igualico, igualico que la RENFE...

Cuando vi esta indicación de dónde dirigirse en caso de tsunami, en Futami, debo reconocer que se me apretó un tanto el culín.

Esta me hizo gracia. Fue en el embarcadero de Ryogoku en dirección a Odaiba. ¿Qué se supone que le pasa en la pierna? ¿Es un pirata con una pata de palo o con una apoplejía?

Esta la pongo bien grande para que se aprecie el careto del japonés entre aterrorizado y flipado. XD

Esta señal en el andén indica donde se detiene el "vagón rosa" del tren, únicamente para mujeres. Se introdujeron con el fin de evitar el acoso y los tocamientos. En fin, qué decir...

No son indicaciones para llegar a sedes del Partido Nazi japonés sino para templos budistas. El símbolo en japonés se llama manji (卍) y desde mediados del s.XX se dibuja en sentido levógiro (hacia la izquierda) para evitar similitudes con la Hakenkreuz nazi.

Para que cuando os manden a cagar, sepáis cómo.

Mario Kart 8 para Wii U


A diferencia de Super Smash Bros, Mario Kart 8 (habitualmente pronunciado como Mario Car Tocho) sí es la gran experiencia que recordaba. Altamente entretenido y loco, expande su diversión con la antigravedad (poder correr por las paredes) y el modo competitivo online. Visualmente es espectacular, con un diseño de pistas maravilloso.

Tanto la edición anterior de Wii como esta de Wii U, sigo maldiciendo la aleatoriedad no tan aleatoria de los objetos o power-ups que se reciben durante la carrera: si vas el primero, te hartas de monedas y pieles de plátano mientras a la peligrosa caterva que te persigue les tocan no sólo estrellas o caparazones, sino también novedades como los boomerangs o las plantas carnívoras. En Nintendo 64, podías obtener una estrella aun estando a la cabeza.

La gente se ha quejado mucho de la ausencia de chat en el modo online, acusando el excesivo paternalismo de Nintendo en estos asuntos. La compañía nipona aduce la protección del usuario más joven, parte esencial es su nueva política familiar de marketing. Lo cierto es que yo no lo he echado en falta, pues el reto acaba siendo individual: llegar antes que nadie a la meta. En cambio, en el online cooperativo de Splatoon sí que resulta impepinablemente necesario y no está.

A diferencia de Mario Kart 6 para Wii, aquí el derrape no es automático, por lo que utilizar el Wiimote con el sensor de movimiento no es práctico. Por su parte, el GamePad (o tabletomando, como lo llaman muchos) resulta demasiado grande y te destrozas las muñecas si echas unas cuantas aprtidas seguidas. El mejor periférico para manejar, sin duda, es el mando Pro, ligero, cómodo de utilizar y con una batería prácticamente sempiterna.

Mario Kart 8 es un juego para pasárselo pipa, enfrentándose a amigos en casa o a través de internet. Horas y horas de diversión tanto compitiendo como descubriendo los numerosos detalles que trufan cada uno de los circuitos.

Mandarinas (Mandariinid) de Zaza Urushadze


Cuando mi pareja empezó a ver en los créditos de apertura que se trataba de una película georgiana presentada con sobriedad al son de las cuerdas de un panduri debió de preguntarse algo parecido a "¿Dónde me he metido?". Pudo, incluso, llegar a pensar que era mi tardía venganza por aquellas sufridas cuatro horas encarcelados ante esa incongruencia japonesa titulada Love Exposure.

Desde luego, no había ánimo lesivo en mi decisión de ir a verla, sólo interés por el tráiler. Mandarinas se sitúa en 1992, durante el inicio de la primera guerra de Abjasia (entre Turquía y Rusia). Tras la disolución de la Unión Soviética, la región de Abjasia defendió su independencia respecto a Georgia, que no la ha aceptado nunca, razón por la cual los cruentos enfrentamientos todavía perduran.

Ivo, el protagonista, es un estonio que, a diferencia de tantos otros y de su propia familia, no ha abandonado el país ante el estallido de la guerra. La población estonia en la región era tan grande que muchas poblaciones de la zona quedaron desiertas. Volver a su tierra natal supone abandona todo aquello por lo que has trabajado, marcharse con una mano delante y otra detrás.

Su amigo y vecino Marcus tiene una plantación de mandarinas cuya venta tiene apalabrada con el ejército abjasio. Su intención es recogerlas, entregarlas y marchar con el dinero de regreso a Estonia. Ivo, como carpintero, le ayuda en la recolección, pero son únicamente dos personas para un trabajo de treinta.

Tras un enfrentamiento frente a sus casas, encuentran a dos heridos entre los cadáveres: un soldado gerogiano y un mercenario checheno del bando abjasio. La tensión de las escenas que seguirán a la recuperación de ambos es de una incómoda y tensa calma. Ivo tendrá que mediar entre los dos hombres, sedientos de venganza.

Mandarinas es, sin duda, un filme antibelicista que busca tender lazos y reflexionar sobre la naturaleza de la guerra y el odio. Su historia es tierna y triste, y se completa en un agradecido metraje de no más de hora y media. Tiene cualidades suficientes para ser una buena película pero no excepcional.


Canvi d'agulles, reflexiones sobre la normativa lingüística catalana actual


Canvi d'agulles, edición dirigida por el filólogo Enric Gomà, es un libro divulgativo que reflexiona y argumenta acerca de las incoherencias o el desfase entre las normas ortográficas y gramáticales del catalán y el uso actual de la lengua, además de los problemas que surgen al encarar la cuestión. Han participado en él diversos articulistas, casi todos con formación filológica y de Barcelona pero con distintas profesiones como la lingüística, el periodismo o la escritura.

El estudio del catalán debe lidiar con la fuerte influencia del español. Pese a que algunos griten por los altavoces que el castellano está amenazado en Cataluña, lo más cercano a la realidad que me viene a la cabeza para describir la situación es aquella escena de Los Simpsons en que Homer, al ver cómo un pájaro está desparasitando con el pico a un elefante, alerta al guardia de la reserva de que el ave está matando al paquidermo.

Inevitablemente, si dos lenguas conviven (en un territorio y, aún más, en la cabeza de sus habitantes), se influyen. Esta tendencia natural es utilizada políticamente para fomentar la hispanofobia y la catalanofobia entre la ciudadanía cuando, más que las interferencias, el indicador de la buena salud de una lengua es su capacidad creativa. Y lo cierto es que el catalán la está perdiendo (o la ha perdido) frente a un rival en mucha mejor forma.

El libro no se centra en esta cuestión (por suerte, ya que una corriente victimista hubiera podido mandarlo todo al traste) pero es un tema ineludible, pues siempre está ahí y coacciona a los filólogos, como profesionales y como hablantes, a la hora de tomar decisiones sobre qué cambios introducir en la normativa y cuáles no, cuáles pertenecen propiamente al catalán y cuáles son interferencias superfluas.

Aunque entre los articulistas hay diferentes ideologías, más y menos afines al nacionalismo o al independentismo, lo esencial aquí es encajar correctamente las piezas del puzle. Si bien el léxico no presenta problema, en nada va a cambiar el catalán si decimos vaixell o barco, afecte o carinyo, la morfosintaxis es otro terreno bien distinto. Porque no importa con qué nombre nos refiramos a las piezas pero sí la forma y la colocación de las mismas para el funcionaiento del engranaje.

Sería ejempo de interferencia innecesaria el uso de quant, por influencia del castellano, en lugar de com en estructuras comparativas proporcionales (*quant més facis, més guanyaràs). También estarían en este grupo las construcciones con donar en lugar de fer como *donar una volta*donar un petó frente a fer una volta o fer un petó, fenómeno que también se da a la inversa en el español de Cataluña: *hace el efecto de, *hacen una película en el cine,...

Irónicamente, al intentar suprimir interferencias del español, se ha llegado a meter la pata. La ultracorreción de palabras acabadas en -o como llamanto, plano o ninxo parió llamàntol, plànol o nínxol, formas que luego no se han podido eliminar debido a su éxito. De este modo, la filología catalana debe cribar entre el vocabulario y las estructuras adoptadas del español, considernado si realmente son necesarias, y las formas y modernizaciones propias del catalán.

Por si fuera poco, la filología catalana debe enfrentarse a las incongruencias sobre las que se edificó la normativaMás interesado por la descripción de la derivación histórica que por su aspecto social, en una búsqueda de singularidad y la identidad nacional, Pompeu Fabra reintrodujo en el catalán moderno parte del sistema sintáctico de los siglos XIV y XV por tal de evitar la convergencia sintáctica con el castellano.

Pero lo introdujo a medias. Prescribió la supresión de la preposición de régimen verbal delante de completivas con que pero no ante interrogativas indirectas. Así, es incorrecto decir depèn *de que la maniobra surti bé pero es aceptable depèn de si la maniobra surt bé. La cosa se lía más si tenemos en cuenta los castellanismos... que no se usan en español. Ramon Solsona apunta algunos como colmado (ultramarinos), quinto (botellín) o al tanto (atento, ¡ojo!).

En el estudio de la lengua catalana queda un complicado camino. Este libro es una obra divulgativa para todos los públicos. Aunque parcial e incompleta, apenas unas pinceladas demasiado enfocadas en el dialecto central barcelonés, es un libro entretenido y muy interesante. Me lo he leído en un par de sentadas sin poder soltarlo. Hay algún artículo más técnico pero, en general, todos son accesibles, curiosos y muy didácticos.

Algunas cuestiones concretas que se tratan son:
  • Reglas ortográficas en prefijos y compuestos
  • El uso de la diéresis
  • El lo abstractivo neutro
  • La doble negación: Mai no
  • El catalán en Andorra

Respeto por los derechos civiles


Se exigió de inmediato un aumento de fuerzas policiales. Se necesitaban armas más sofisticadas que no sometieran a la comunidad blanca a un peligro innecesario. La seguridad interna debía anteponerse a la nacional. La comunidad blanca solicitó al Congreso que suspendiera la fabricación y almacenamiento de armas nucleares, misiles balísticos intercontinentales y submarinos Polaris, y se concentrara en desarrollar bombas atómicas que sirviesen para destruir a un negro cabrón con una pistola sin poner en peligro a toda la comunidad blanca; una bomba atómica que un policía pudiese llevar en el bolsillo además de su porra y que no produjera radiactividad al explotar.

Entretanto, podían emplearse armas y maniobras convencionales para batir los guetos negros en busca de armas peligrosas e investigar al mismo tiempo a ciertos negros por posibles actitudes del mismo tipo. Pequeños tanques equipados con lo último en armas antidisturbios, como un pegamento para inmovilizar a los alborotadores haciendo que quedaran pegados entre sí en bolas de diez o doce personas, gas paralizante, polvos especiales para incapacitar a la gente con violentos ataques de estornudos, aerosoles para cegar temporalmente a cualquiera que se resistiera a una orden y dispositivos electrónicos similares a contadores Geiger, que reaccionaban únicamente a las pulsaciones combinadas de la piel negra y el acero empavonado, para su uso en la localización de asesinos negros con armas de fuego, eran necesarios en el patrullaje policial de las calles. Se llevaron a cabo registros, casa por casa, de todas las viviendas habitadas por negros, sin importar lo humildes que fuesen, y ningún negro con un trozo de hierro mayor que un cortaúñas estaba a salvo, a menos que fuera lo bastante hábil como para lograr tiempo para hablar. Y, aun así, la comunidad blanca exigió que los cuerpos policiales locales recibieran el apoyo de las fuerzas armadas nacionales. Al mismo tiempo, deploraban cualquier exceso que pudiese privar a los negros de sus derechos civiles.

Plan B, de Chester Himes
Trad. de Axel Alonso Valle
Ediciones Akal

Pulpos de Japón

El sueño de la esposa del pescador, shunga de Hokusai
El sueño de la esposa del pescador, de Hokusai

Japón tiene un rollo raro con los pulpos. Encabeza el post el famoso dibujo erótico (shunga) de Hokusai, considerado precursor de la imaginería pornográfica de los tentáculos. No hay que olvidar que también se puede encontrar placer en en la comida...

En la región de Kansai, donde se encuentran las ciudades de Osaka y Kyoto, es famoso el takoyaki, una especie de buñuelo de pulpo. Por esta razón, y no la anterior, es normal encontrar estatuas, muñecos, rótulos y tarjetas con el divertido animal.

Tarjeta de restaurante de takoyaki en Osaka

Pulpo feliz en el toldo de local de takoyaki cerca del acuario de Osaka

Pulpo con la bola del mundo y un takoyaki en restaurante de Osaka.
A diferencia del anterior, parece que conoce el destino que le espera.

Pulpo revolucionario alzando el puño en letreto de restaurante de Osaka.

Pulpo confundido en rótulo de un restaurante

Pulpo realista en la calle de Dotonbori, Osaka

Re-read, librería de segunda mano en Sabadell

Calderón 16, Sabadell

Re-read (Relee) es una cadena de librerías de segunda mano. Está presente en Madrid, Castellón, Pamplona, Barcelona,... Abrieron una en Sabadell y hay que decir que es una maravilla. Espero que tengan éxito y sigan prosperando porque recuerdo con mucho cariño las librerías de Oxfam de Inglaterra donde podías encontrar auténticas maravillas.

De momento, ya me he llevado una alegría. Entontré El nadador en el mar secreto de Kotzwinkle, un libro de 2014 que pretendía comprarme. Nuevo cuesta 11,50€ y en Re-read me salió por tres. Y es que la tabla de precios es genial. No valen más o menos dependiendo del libro que sean. No, se aplica a todos, sean un pestiño o una obra maestra.

Así, un libro cuesta 3€; dos, 5€; y cinco, 10€. Está realmente bien. Y no sólo ofrece gangas sino que, como en toda librería, puedes descubrir libros que no conocías. Encontré una novela considerada heredera del Huckleberry Finn de Twain que ha sido comparada con El guardián entre el centeno de Salinger; es decir, hija de dos de mis libros favoritos. ¿Qué más se puede pedir?

Más información:

Super Smash Bros for Wii U


Jugué al de Nintendo 64 y me divirtió mucho, y ahora me doy cuenta que fue gracias al modo historia (no sé si se llamaba así exactamente). En él, te pasabas diferentes pantallas con cada uno de los personajes, pruebas adaptadas a sus habilidades. Era entretenido y un verdadero reto que, evidentemente, no superé. Pero me lo pasé muy bien intentándolo.

Este Super Smash Bros for Wii U es, al igual que el de Nintendo 64, infinito en su abanico de posibilidades, de retos, de minijuegos. Pero no tiene el modo historia. Tiene, en cambio, un juego de tablero en el que vas reuniendo personajes para superar la batalla final contra el resto de participantes. Mi problema es que no tienes un personaje definido sino que es al azar el que te los designa, sea por sorteo, sea tras superar las pruebas y peleas antes del enfrentamiento definitivo. Así, cada vez que se inicia un combate, puede tocarte cualquiera, lo que implica que debes conocerte el estilo de pelea de cada uno de ellos.

Y hay más de 50 para elegir. Es una cifra fantástica que ha seguido aumentando con DLCs (contenido descargable extra) cuyo precio ha resultado ser abusivo (entre 4 y 6 euros cada uno). Igualmente, si uno paga es por afición y no por carencia. Desgraciadamente para mí, el problema del juego de tablero radica ahí: soy incapaz de recordar las habilidades de todos los personajes. La mayor parte del tiempo me encuentro desorientado, como un viejo gagá, intentando adivinar quién soy en esa locura de golpes que son los combates de Smash Bros. Y cuando lo descubro es porque me han eliminado. Es muy frustrante.

Con esto no estoy diciendo que el videojuego sea malo, ni mucho menos, pero si que es cierto que todas las modalidades y retos están basados en combates, no en superar pantallas de plataformas como en la Nintendo 64. Y doy asco, soy un patán que acaba presionando todos los botones con desesperación. Este juego no es para mí.

Las tetas. Los diarios secretos de Guillaume Bianco


El verdadero paraíso no esta en el cielo, sino sobre el corazón de la mujer amada.
Tetófilo Gautier

Me atrajo este cómic por cómo aborda la delicada cuestión geopolítica en Oriente Medio, no por la tetas. Los melones me dan igual. Ni me había percatado que hablara de pechos. Que toca de refilón, vaya, apenas el pezón, apenas la areola (casi aureola de Santo). Nunca he sopesado un par de senos imaginarios entre mis dos manos vacías como si suplicara lluvia al cielo o a Dios. Jamás.

Los amantes del conflicto en Oriente Medio pueden objetarle al autor la falta de claridad en la exposición del tema. Divaga en exceso, no se centra. Más que un buen ensayo, presenta dos montañas turgentes de notas dispersas apenas conectadas por un leitmotif que, si bien resulta atractivo, acaba tornándose obsesivo.

Podrá tener poderosos argumentos, todo lo sugerentes que quiera, pero lo cierto es que su discurso sobre el conflicto en Oriente Medio es nefasto. Qué digo nefasto, invisible. Sólo lucubraciones sobre pechos lúbricos, redondeados, pesados, sin ningún rumbo más que aquel que marquen los misiles terribles de dos naciones enfrentadas. ¿Y cuál escoger? Si es coger una y querer abrazar las dos. ¡Ay, la geopolítica!

Los que, sin duda, quedarán satisfechos son los defensores del buen busto, de la erótica generosidad. Nos desnuda en toda nuestra debilidad y ridiculez. Este primer diario de Guillaume Bianco (Billy Brouillard) acierta en todo lo que dice pero crea un trabajo mal hilvanado, un compendio de anécdotas que, por estar juntas, no conforman un buen libro.

PD: Aunque por su pequeño formato se pudiera o pudiese pensar en la posibilidad de leerlo con una sola mano, es harto complicado hacerlo. Lo más probable es que se escurra entre los dedos y caiga sobre el meñique del pie. Explicar la causa de la cojera a los amigos puede resultar incómodo y complicado.