Rana de Mo Yan

En la cultura china, la rana es un símbolo lunar y húmedo asociado con el yin del taoísmo. Se cree que trae prosperidad y riqueza, tal vez por su alta capacidad de reproducirse. Esta novela de Mo Yan a la que el animal da título habla de la política del hijo único en China. Muestra cómo se originó, cómo se desarrolló de acuerdo con la situación económica del país y qué consecuencias tuvo.

Dicho así, suena a ensayo puro. Pero Mo Yan consigue, a través de un narrador aparentemente inocente, atrapar al lector mientras desvela el horror. Wan Zu, apodado Renacuajo, aspira a convertirse en escritor narrando la vida de su tía. Su relato se inicia con el principio de la carrera de su tía como obstetra en la zona rural del país.

En aquel momento, los años 60, cuando el hambre consumía el campo chino, las matronas, sus rituales mágicos y sus peligrosas prácticas se encargaban de aconsejar a las embarazadas y asistir los partos. No fue fácil, pero la pericia y el espíritu férreo de la joven doctora convencieron a los aldeanos. Su prosperidad marcha acorde con la del país, cuya población también empieza a aumentar.

El contraste entre ese comienzo complicado pero esperanzador, tanto para la tía de Wan Zu como el país asiático, contrasta con la desazón que llegará con la bonanza económica. En 1979 se instaurará la política del hijo único, y el Estado impondrá un fuerte control, imponiendo tanto los abortos como la vasectomía obligatoria para hombres con un descendiente.

Con maestría, Mo Yan introduce gradualmente todos los elementos que convertirán un relato de esperanza en una pesadilla enfermiza. Si bien se le puede achacar que recurre a cierto dramatismo de telefilme, a mí me enganchó a este culebrón. Ver la caída en desgracia de tantos personajes que me presento como niños en las primeras páginas me impactó.

El foco de la historia se va desplazando de la doctora a su sobrino. Después de cuatro partes en que la narración es biográfica, la quinta y última es la obra de teatro de Wan Zu. Es decir, la novela aborda la historia desde perspectivas distintas: una más cotidianas, otras más cercanas al realismo mágico, otras casi oníricas, y esta última desde el punto de vista de una representación.

Terminé el libro verdaderamente afectado. Las consecuencias son de terapia para todo un país. Incluso los efectos malsanos de la restricción forzada de la natalidad durante el comunismo se ven agravados con la llegada del capitalismo. El totalitarismo de entonces se emponzoña con el intercambio de maletines, que convierte una obsesión ciega de ayer en una pantomima tan huera como sangrienta.

Ha conseguido revolverme el estómago. Ha sido una lectura visceral. Cierras el libro con el sabor de la bilis en la garganta. La novela, de unas 400 páginas, fue publicada en China en 2009. No fue hasta 2015 que el gigante asiático abandonó la política del hijo único, aunque ha mantenido un límite de dos hijos por pareja. Hacía tiempo que no interiorizaba tanto una lectura. Ha sido una gran experiencia.

Threadbare, o cómo bordar una historia

Gareth Brookes es un autor de cómics experimental que descubrí a través de un tuit de Álvaro Pons. Como el timeline de la red del pajarito ni termina ni se detiene, lo abrí en una ventana aparte del navegador del móvil. Y pasaron catorce meses. Y hubo Brexit. Y decidí comprarlo. Por suerte, no me cobraron nada en aduana, llegándome relativamente rápido.

El título, Threadbare, que viene a traducirse por deshilachado, hecho jirones, habla del material con el que está hecho y de las dos historias que cuenta. En el tren, el autor escucha la charla casual entre dos mujeres. Hablan de dos antiguos amantes cuya relación o aventura les marcó. Sería un tebeo más, sin mayor trascendencia de no ser por cómo están ejecutadas.

Sirviéndose de una aguja en vez de una plumilla o un lápiz, Brookes teje literalmente la historia. Combina recortes de diversos materiales con figuras realizadas en punto de cruz. Vemos el anverso y el reverso del bastidor, el bonito frontal y la cara oculta donde se ve el enjambre de hebras retorciéndose. Estos hilos también representan las conexiones físicas, emocionales, digitales entre los personajes.

Obviamente, el cómic que nos llega no está tejido. Son fotografías del trabajo realizado por el autor, pero la calidad es muy buena. Da la sensación de tener la pieza original. Notas las texturas, los volúmenes. Me pareció una idea genial cuando leí el tuit, pero tenerlo en mis manos me ha confirmado la absoluta genialidad que es.

No es sólo la técnica, sino cómo ha encontrado una narración que se ajusta a la perfección. Cómo lo enfoca, cómo consigue transmitir la profundidad, el hondo sentir de las dos protagonistas y lo mucho que les marcaron sus breves, pero intensas relaciones. Sin duda, ha sido uno de mis cómics favoritos de 2021, una pequeña joya que vale la pena guardar como oro en paño.

Web del autor: https://www.gbrookes.com/

Spider-Man: No Way Home


Spider-Man: No Way Home (2021)

Todo el mundo ensalza a Tobey Maguire y las pelis de Spider-Man de Sam Raimi. Recuerdo que a mí no me gustaron nada. No sentía lo mismo que me transmitían los cómics. Y no es que sea un conocedor de principio a fin de las aventuras del lanzarredes, pero sí que tuve mi etapa adolescente de superhéroes, y tanto el trepamuros como Lobezno eran mis favoritos.

De la siguiente saga con Andrew Garfield no vi ninguna. Recuerdo que los teasers mostraban a un Peter Parker demasiado guay, lo cual no se ajustaba a la imagen de pringado del personaje. Además, el relanzamiento se sentía demasiado cercano a las de Raimi. Lo bueno del Spider-Man del actual MCU es que evitaron volver a contar el origen del héroe, presentándolo sin prolegómenos en Civil War.

Porque todo el mundo sabe que le picó una araña radioactiva, y si no lo sabe lo puede encontrar en internet. Como Parker ya tiene sus poderes, en Homecoming pudieron centrarse en lo que realmente define al hombre araña: no disfrutar de una vida hecha. A diferencia del resto, debe lidiar con los problemas de cada dia y compaginarlos con sus deberes como salvador de Nueva York.

¿Y qué mejor para ejemplificar la incompletitud que mostrar a un adolescente? Maguire tenía 27 cuando rodó la primera película; Garfield, 29. Tom Holland no había cumplido los veinte cuando se estrenó Civil War. Me gusta mucho su charlatanería, su inseguridad,... y en el lado del traje, sinceramente, el avance en el campo de los efectos especiales ha hecho maravillas.

No Way Home supone un cierre y un relanzamiento del personaje, y me parece bien ejecutado. Si bien el tráiler dio la sensación de que íbamos a encontrarnos con una aventura donde el multiverso es el campo de batalla, eso parece reservado para la próxima de Doctor Strange. No es tan espectacular como me esperaba, pero me resultó entretenida.

No pocas opiniones han señalado la falta de carisma del filme. Para mí no ha sido una sorpresa, pues ya van varias películas del MCU que me he saltado por hartazgo, o que he visto y me han aburrido tremendamente: Ant-Man, Guardianes de la Galaxia vol.2, Black PantherCapitana Marvel, Viuda negra,... No Way Home se puede llegar a sentir como un episodio más, pero ni de lejos me parece mala.

La he disfrutado, desde las múltiples referencias y guiños, hasta el humor y la acción. Muchos no encontrarán el peliculón que esperaban, pero a mí me ha bastado. Es una historia sencilla y entretenida, que da pie al comienzo de nuevas tramas en el universo marveliano, y cuyo metraje de más de dos horas no se me ha hecho eternal.

Top Studio Ghibli

Vistas todas las películas de Studio Ghibli, pongo aquí mi ranking personal con las reseñas enlazadas. Incluyo también Nausicaä del Valle del VientoLa tortuga roja.

Aunque parece que sea un listado gradual, hay un abismo entre Mis vecinos los Yamada y Cuentos de Terramar. Las tres últimas me parecen nefandas, mientras que el resto las considero, o buenas películas, u obras maestras.

Maravillosa Moyoco Anno: Gorda, Sakuran y Buffalo 5 girls


Tokyo Style
(Hataraki Man, 2004-2007)

Hace años, compré de oferta los cuatro tomos de Tokyo Style de la ya por entonces extinta editorial Glénat España. Más allá de la enfermiza obsesión por el trabajo que normaliza, se me quedaron grabados tanto su dibujo, con un trazo perfilado y limpio que evoca el de Ai Yazawa (Nana), como la fortaleza y estoicismo de su protagonista.

Este 2021, la mini serie volvió a mí cabeza, porque encontré cómics suyos en el catálogo de Kindle Unlimited. Están, en inglés, la primera parte de Memoirs of Amorous Gentlemen, su cómic inconcluso Buffalo 5 Girls y los ocho tomos de The Diary of Ochibi, una autobiografía en clave de humor. A partir de ahí empecé a indagar y descubrí que se habían traducido dos obras suyas más.

Gorda
(Shibō to Iu Nano Fuku o Kite, 1997)

Gorda salió en 2017. Recuerdo que en su día vi la ilustración de la cubierta en el escaparate de cómics, y me estremeció. Es una imagen terrible que resume a la perfección su argumento. Una joven oficinista, acomplejada con su físico por culpa de la fuerte presión que recibe tanto dentro como fuera del trabajo, se obsesiona con adelgazar hasta extremos que ponen en riesgo su vida y su salud mental.

Es un relato cruel, despiadado, con un final nada complaciente. Moyoco Anno se muestra pesimista con la gordofobia arraigada en la cultura del primer mundo actual. Su trazo no me parece tan detallado y estilizado como en Tokyo Style, y creo que el gran formato (170 x 240 mm) no le favorece. Sin embargo, es innegable que el sufrimiento de Noko deja una hiriente huella en el lector.


Sakuran (2001)

En noviembre de 2020 llegó a España Sakuran de la mano de la joven editorial bilbaína Kodai. Al igual que Gorda, su traducción se hizo esperar veinte años si tomamos como punto de referencia la publicación del tomo en Japón. Con un formato menor (148 x 210 mm), la historia de tomo único narra la vida de la cortesana de alto rango desde su infancia, cuando es abandonada en el burdel.

El dibujo es mucho más detallado que el de Gorda. Hay viñetas que lucen espectaculares, pero otras resultan recargadas y sucias. Las ilustraciones a color, en cambio, cortan la respiración. No hay idealización ni compasión en el relato. Hay escenas de humor enmarcadas en una realidad muy dura. Debió de tener éxito, porque en 2006 fue adaptada al cine.


Buffalo 5 girls
(
Baffarō gonin musume, 2013)

Ambas lecturas me encantaron, pese a su crueldad. En ese aspecto, se podría asemejar a la mangaka con la escritura implacable de Alice Munro. No sólo en Sakuran, sino también en Buffalo 5 girls y Memoirs of Amorous Gentlemen, aborda el tema de la prostitución con una fuerte perspectiva de empoderamiento, lo cual no quita que sus protagonistas sigan siendo víctimas.

Buffalo 5 girls sigue la huida de cinco mujeres en un salvaje oeste alternativo en el que se introducen elementos del siglo actual como fantásticos. Es muy interesante cómo va introduciendo estas anacronías y poderes en la trama. Es en color y la disfruté muchísimo. Es una pena que quedara incompleta debido a los problemas de salud de la autora. Pese a todo, sus páginas guardan toda la genialidad del resto de su obra. Y es que Moyoco Anno es maravillosa.

Manga de la editorial Arechi: Arte de Kei Ohkubo y Magical Girl Holy Shit de Souryu

Arechi es la división especializada en manga de Yermo Ediciones. Nacida en febrero de 2020, su nombre (荒れ地, arechi) es la traducción literal al japonés de "yermo". Si bien uno de sus propósitos es reeditar obras de autores clásicos como Tsukasa Hojo (City Hunter) o Yumiko Igarashi (Candy Candy), no se cierra las puertas a publicar obras de nuevos artistas.

Así, por un lado, tendríamos Arte de Kei Ohkubo, que es el claro ejemplo de que en la industria del manga cualquier tipo de historia y género es posible. Esta serie ambientada en la Florencia del s.XVI sigue los pasos de Arte, una joven de familia noble que decide seguir su impulso de convertirse en pintora de cuadros. El problema es que ningún taller de la ciudad quiere a una mujer como aprendiz.

Obviamente, no es un relato histórico pese a las bellas ilustraciones de época. Es gracioso porque sus personajes, europeos, se comportan como japoneses. En el fondo, es la trama prototípica del héroe adolescente que, gracias a su esfuerzo, consigue abrirse paso en una sociedad que lo rechaza y en la que, sin duda, conocerá el amor. Es una obra entretenida y bien dibujada.

En el polo opuesto, Arechi publica Magical Girl Holy Shit, que bien podría ser un dōjinshi paródico de Sailor Moon. Con un dibujo mejor que el de Dragon Fall o Raruto, Souryu hace gala de un humor cafre y absurdo que mejora con una traducción de lo más gañana. Cuando la Tierra está a punto de ser atacada por espíritus malignos, una confusión lleva a un ángel a conferirle poderes a una macarra adicta a la nicotina.

Las nuevas habilidades, sumadas a su fuerza descomunal, la convierten en la guardiana perfecta, Desgraciadamente, su aura se torna tan poderosa que se convierte, sin quererlo, en un imán para las fuerzas demoníacas. El gran talento de Souryu para para las muecas y el histrionismo hace que este cómic sea una cornucopia de risas. Hacia tiempo que no disfrutaba con una burrada semejante.

Tebeos de final de año: Calavera Lunar, Just friends y Josée, el tigre y los peces

Lo mismo que me sucedió con Mondo Lirondo, me ha pasado con Calavera Lunar. No me gusta nada el humor de Monteys en sus comienzos. Y a pesar que de joven me quedaba mirando las páginas de Mondo Lirondo en la tienda de cómics, sus dibujos de antaño están lejos de ser mis favoritos. Monteys ha ido a mejor en todos los aspectos: tinta, color, guion, dominio del gag,... Si bien Mai Més Llibres ha puesto mucho esfuerzo en la edición, y a los fans les encantará, este libro no es para mí.*

Ana Oncina tiene un estilo aparentemente simple de líneas muy limpias. Es elegante y delicada tanto en la ilustración como en la narración. Me enamora. Desgraciadamente, no he llegado a conectar con esta historia tan agridulce como nostálgica. Su desenlace ni ofrece sorpresas, ni deja buen sabor de boca. Esperaba un tono menos grave y, puestos a pedir, también unas notas de color, que tan bien aplica la autora. Pero entiendo que no era su objetivo. Ha sido una pequeña decepción.

Este manga de únicamente dos tomos me atrajo tanto por su llamativo título, como por su ilustración en acuarela de la cubierta. Es la adaptación a la viñeta de una novela de Seiko Tanabe que ha tenidos dos adaptaciones cinematográficas y una de animación. Es un romance muy dramático lleno de tsundere en el que no faltan las notas de humor. El arte es bonito y preciosista, aunque el entintado a veces me falla un poco. Es una lectura ligera u entretenida cuyo segundo volumen espero con ganas.

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* Encima, huele muy mal. ¿Por qué hay tebeos que tienen ese olor tan fuerte y desagradable? ¿Es por la tinta?

Astérix tras las huellas del grifo de Ferri y Conrad

De haber traducido el título literalmente como Astérix y el grifo, hubiera parecido que el nuevo enemigo del pequeño galo era una espita que gotea. Pero no. Astérix, Obélix, Panorámix e Ideafix se adentran en esta nueva aventura en territorio sármata con la misión de ayudar a un viejo amigo del druida, cuyo pueblo se ve amenazado por los romanos, que van a la caza del monstruo mitológico.

Me ha gustado, como en general me agradan los nuevos álbumes de Ferri y Conrad, es decir, con objeciones. Este es el primero que publican tras el fallecimiento de Uderzo. Una de las pegas que le encuentro son las referencias a la pandemia. Aunque son graciosas, desentonan con la trama. He leído que esta nueva historieta iba a ser una parodia del momento actual, pero luego desestimaron la idea.

De ahí que aprovecharan algunas de las bromas antes de guardar la idea en un cajón. Los nombres, con los que siempre hay gracietas, sufren en parte de esta heterogeneidad. Con Goscinny todo era más coherente. Ahora es inevitable pensar: ¿por qué se llama Sakaeljamonov el druida de un pueblo de la antigua estepa ucraniana? ¿Por qué otro se llama Klorokinov?

Y no es que los traductores se hayan tomado licencias. He comparado la edición española y catalana con la francesa, y casi todos los nombres son equivalentes. El rol preeminente de las mujeres dentro de los pueblos escitas-sármatas parece que avivó el mito de las Amazonas entre los griegos. De este modo, en el cómic, son ellas las que guerrean mientras ellos se quedan en casa cuidando de los niños.

Desgraciadamente, aunque la aproximación a la temática feminista es menos vergonzante que en La rosa y la espada, yerran el tiro. Me molestó que no se las vea repartir tortas en la aventura. Una gran escena de mamporros con ellas hubiera estado genial. Tampoco los típicos chistes en que ellas minusvaloran a Astérix y este se enfurruña aportan nada nuevo.

Por último, me resultó chocante que el guion presentase un contratiempo para no explotarlo. La poción mágica se congela por culpa de las bajas temperaturas, pero esto no condiciona a Astérix, quien no necesita exprimir su ingenio ni encontrar nuevos recursos para enfrentarse a los romanos. Sin la bebida que ha hecho únicos a los galos, el protagonista se encara con ellos sin problema.

Y es que no hay evolución porque la serie ha optado por una línea continuista sin buscar nuevos enfoques como sí está sucediendo con Lucky Luke o Spirou. También es cierto que el personaje viene de la época en solitario de Uderzo, que considero muy poco inspirada y con demasiados altibajos de la que intenta recuperarse.

Por suerte para mí, los diversos detalles negativos no me han estropeado la lectura. Me ha entretenido, y ha conseguido hacerme reír, no una vez, sino dos: primero en castellano y luego en catalán. Dado como está el mundo, no me parece nada mal relajarme con una buena sesión de humor y nostalgia.


Mal sabor de boca: Amigas con solera, ¿No es romántico?, El estornino y Los Japón


Amigas con solera (Wine Country, 2019)

Amigas con solera es el antónimo perfecto de sinergia. ¿Tina Fey? Bien. ¿Amy Poehler? Me encantó en Park and Recreations. ¿Ana Gasteyer, Rachel Dratch y Maya Rudolph? Grandes secundarias. ¿La película? Un tostón. El guion está muy descafeinado y tiene un ritmo lento. Carece de escenas desternillantes y, por momentos, parece un mal documental sobre vino. Pero es ideal para la siesta.



¿No es romántico? (Isn't It Romantic, 2019)

Rebel Wilson protagoniza esta parodia del género de la comedia romántica, tal como hiciera en su día Scary Movie con el cine de terror. Aunque está mejor hilvanada, pues no se trata de una sucesión de sketches, peca de irregular. Tiene buenos momentos, pero adolece de otros bastante flojos. Con un mejor guion y explotando mejor la gran vis cómica de su actriz, podría haber sido mucho más graciosa.



El estornino (The Starling. 2021)

Mezcla de drama y episodio de Tom y Jerry, el tono de esta película es incomprensible. ¿A quién se le ocurrió? Mientras su marido Jack se encuentra en un hospital de salud mental superando una crisis, Lilly carga con el peso de su casa y de sus vidas. Un buen día, un pájaro anida en su patio y empieza a hacerle la vida imposible. Es una película tan dura y conmovedora como estrambótica y ridícula.



Los Japón (2019)

Dentro del género "Películas españolas ofensivas que provocan vergüenza ajena", Los Japón está en el top. Insulta a orientales, a andaluces, a espectadores y a mamíferos en general. Los chistes son de curso de párvulos para futuros votantes de Vox. La trama navega sin brújula. Los personajes son más planos que un sello de grafeno. Es vomitiva. Puedo afirmar que es de lo peor que he visto este año.

Studio Ghibli se lanza al 3D: Earwig y la bruja


Earwig y la bruja (Aya to Majo, 2020)

Si tras el adiós de Hiromasa Yonebayashi, Gorō Miyazaki era el futuro de Studio Ghibli, la única película con visos de calidad es Kimitachi wa Dō Ikiru ka, firmada por su padre. Sí, Hayao Miyazaki fue un padre terrible. Y sí, su hijo se encarga de recordárnoslo: en entrevistas, en la infumable Cuentos de Terramar, y ahora en Earwig y la bruja. Pero tiene un talento prodigioso para la animación.

Esto no es una defensa de la mala paternidad frente al arte. Pero, joder, qué malas son las películas de Gorō Miyazaki. La colina de las amapolas se salva, pero tengo entendido que la realizó en colaboración con su padre. Ahora ha probado con el 3D basándose en un cuento de la escritora Diana Wynne Jones, de quien ya adaptaron El castillo ambulante.

El problema es que la autora falleció en 2011 de cáncer. El cuento parece que iba a ser el inicio de una saga que, obviamente, quedó inconclusa nada más empezar. Y el libro termina en el mismo momento que la película. ¿Cómo se les ocurre llevar esta historia a la gran pantalla sin, no sé, incluirle un final? La película queda totalmente abierta. Es una mera presentación de los personajes.

Es tan absurda como oír a Hayao Miyazaki afirmar que esta producción está al nivel de los trabajos de Pixar. ¿De qué Pixar? Si bien el diseño de personajes y las muecas son 100% Ghibli, muy divertidos, el resto es terrible. Todas las texturas parecen plástico, y los movimientos parecen de stop-motion. Todo se siente artificial, lejos de la naturalidad a lo que nos tenía acostumbrados la compañía.

¿Realmente lo creía, Hayao Miyazaki, o simplemente lo dijo por aparentar, o, incluso más retorcido,  para trolear a su hijo y que se diera una hostia aún más fuerte? Y no hablemos del guion, que parece glorificar la figura demoníaca de un maltratador. ¿Y cuál es la moraleja de un relato basado en la manipulación de otras personas? No sé, todo está muy mal enfocado.

Hasta la fecha, consideraba que Haru en el reino de los gatos era la peor obra de Studio Ghibli, pero Earwig y la bruja se pone en cabeza. Le falta ritmo, carece de chispa, oscila entre lo regulero y lo malo, aburre,... Y encima, después del bodrio, te dejan a la mitad. O Gorō Miyazaki se está vengando de su padre hundiendo el prestigio de su empresa, o es incapaz de entender lo que está haciendo.

Hipermasculinidad en el cómic: Se busca Lucky Luke de Matthieu Bonhomme, y Destrucción de JD Morvan y Macutay

Hay veces que la gente te falla. Mi librero me falló al recomendarme Se busca Lucky Luke, el nuevo álbum de Matthieu Bonhomme acerca del vaquero más rápido que su sombra. No dudé ni un sólo momento en su palabra porque el cómic anterior, El hombre que mató a Lucky Luke, es una maravilla, tanto a nivel de dibujo como de desarrollo de la historia y los personajes.

Sin embargo, si bien el nivel en el apartado gráfico se mantiene, el nuevo guion es irregular y plano. Tal vez no esté captando las referencias que sí disfruté con el primero, pero creo que aún entendiendo los guiños no me hubiera gustado. Pensé que sería una reflexión acerca de la figura femenina en el western, y la verdad es que sus tres protagonistas dan pena.

Bonhomme le monta un harén ridículo a Lucky Luke. Creía que la cubierta contenía cierta ironía, pero no es así. Es más, las dos mujeres que empuñan las armas apenas demuestran su puntería. Se pasan más tiempo mostrándose débiles y desamparadas que combativas. Tampoco se profundiza en la psicología del cowboy como sí sucedía con el primero. En resumen, ha sido una gran decepción.

Destrucción de JD Morvan y Macutay es la adaptación a la viñeta de Ravage, el clásico de ciencia ficción de René Barjavel publicado en 1943. En plena Segunda Guerra Mundial, la visión acerca de los avances tecnológicos no podía ser más pesimista. Ante la marcha imparable de los tanques alemanes por toda Europa, no era disparatado creer que sólo podrían traer el fin de la civilización.

El protagonista, François Deschamps, considera que las máquinas están debilitando a la humanidad porque cada vez se apoya más en ellas. Defiende al artesano por trabajar con sus propias manos, y considera el campo más auténtico que la ciudad. Aquí el hombre es quien emprende, mientras que la mujer es un sujeto pasivo que calla y lo apoya en la violencia de sus decisiones.

Frente a esta actitud radical, el cómic presenta una visión crítica que desconozco si se halla en la novela original. Aunque ideológicamente resulta algo confuso, la contraposición de ambos puntos de vista es muy interesante. Los lápices de Macutay y el color de Water hacen un tándem tan impresionante que sólo por él merece comprar la magnífica edición de Yermo, que reúne los tres tomos franceses.

Adicción a los rompecabezas: Pythagorea, Color Puzzle, Color Gallery y Numbers Game 2


Pythagorea

Pythagorea es un juego de puzles geométricos disponible para Android e iOS. Es gratuito y no contiene publicidad. Es muy entretenido, sobre todo al principio, cuando los retos son más asequibles. Desgraciadamente, llega un punto en que la dificultad es alta para quienes no tenemos la formación adecuada, y la ayuda en forma de definiciones dentro de la app no es suficiente.

Con ciertas secciones (paralelas, triángulos isósceles) puedes entender cómo resolverlos por la curva de aprendizaje de los retos. Con otras, en cambio, me ha resultado imposible saber cómo debo encontrar el centroide de una figura irregular. Y lo peor es que, aunque la solución se puede encontrar en internet, en ella no está la explicación.

Lo he dejado a medias porque no sé avanzar, y simplemente introducir la solución sin entenderla no me resulta divertido. Pero el recorrido hasta este muro que no puedo saltar ha sido muy divertido y desafiante. Cualquiera que quiera poner a prueba sus conocimientos de la escuela sobre la materia debería echarle un ojo.


Pythagorea


Numbers Game 2

Otro juego sin publicidad es Numbers Game 2, cuyo anodino nombre va acorde con su insípida interfaz. En el fondo, no deja de ser un juego de libreta y boli, pero sin el inconveniente de tener que gastar cantidades ingentes de hojas. El objetivo es eliminar todos los números de una cuadrícula. Para hacerlo, hay que tachar todas las cifras contiguas horizontal o verticalmente que sean iguales o sumen diez.

En su simplicidad está la diversión, pero no la sencillez. Reconozco que, pese a tenerme enganchado, me cuesta horrores. Se pueden conseguir pistas a cambio de monedas (virtuales o reales), aunque para mí no tiene mucho sentido avanzar pagando. De momento, he sudado para llegar al nivel 17, y no siempre por virtud propia. Tristemente, con más de uno he dado con la solución de chiripa.


Color Puzzle


Color Puzzle

Color Puzzle y Color Gallery son dos app de CO2 Games que comparten la misma idea: reordenar casillas de colores para conseguir el degradado correcto. La diferencia es que mientras el primero siempre muestra las escalas en cuadrículas, en el segundo las formas cambian y sirven para completar ilustraciones.

Estos sí contienen publicidad, pero se puede quitar pagando. Es realmente curioso cómo la percepción del tono de un color puede variar dependiendo de los colores que tenga a su alrededor. Es complicado, sobre todo con ciertas tonalidades. Incluso puedes acabar descubriendo si sufres algún tipo de acromatismo... aunque no sé si esto es muy positivo. Sea como sea, ambos son muy adictivos.


Color Gallery

Animando la tarde: One Piece: Estampida, Invencible y Perros espaciales


One Piece: Estampida (One Piece: Stampede, 2019)

One Piece es una serie que lleva en lo alto de las listas de ventas durante casi veinticinco años. Sus inicios me gustaron mucho porque, a diferencia de Naruto, recuperaba el humor de los inicios de Dragon Ball. Con el tiempo, sin embargo, la calidad de su dibujo ha empeorado y su narración se ha vuelto más confusa, saltando de escena en escena por tal de dar protagonismo a toda la tripulación.

La serie de dibujos me parece aburrida. La gente elogiada la animación de Estampida, y por eso la vi. No esperaba mucho, y así ha sido. El guion es estúpido, la animación no me ha sorprendido, en algunos momentos hasta me ha disgustado, y las batallas me han parecido igual de aburridas que siempre. Disfruté más Dragon Ball: Broly.


Invencible (Invincible, 2021)

Conocía Invincible de haberlo visto en las estanterías de la tienda de cómics, pero nunca lo compré pese a lo mucho que me atraía su dibujo. Mark Grayson es el hijo de Omni-Man, el superhéroe más poderoso de la Tierra. Justo cuando sus poderes despiertan, la desaparición del principal grupo de defensores del planeta le obliga a aprender a marchas forzadas cómo combatir todas las posibles amenazas.

Reordenando los acontecimientos del tebeo, la serie de animación consigue enganchar desde el primer capítulo. No sólo está la trama del grupo de héroes desaparecidos. También muestra las inseguridades de un héroe sin experiencia. Mark aprenderá a usar sus habilidades, a coordinarse con otros héroes, a superar el miedo e, incluso, a ser capaz de matar a sus enemigos. Hay vida más allá de Watchmen


Perros espaciales (Dogs in Space, 2021)

Mi problema con Dogs in space no es ni la animación, que me gusta, ni el diseño de personaje, que me parece muy acertado, ni el planteamiento. Lo que le resta proyección es que nace asumiendo que es una serie menor para rellenar la parrilla de Netflix. Se puede comprobar desde su título falto de imaginación hasta su desarrollo lleno de elipsis, que no se preocupa por construir el universo de la serie.

En el futuro, el ser humano ha enviado perros genéticamente modificados al espacio por tal de encontrar un nuevo hogar, lejos de una Tierra que agoniza. Aunque prototípicas, las personalidades de los protagonistas están bien definidas, casan bien entre ellas, y resultan graciosas. Pero la falta de esfuerzo por exprimir la idea lastra el producto. Aún así, es entretenida, mucho mejor que Final Space.

Vida y amor: La tortuga roja y Your name


La tortuga roja (La tortue rouge, 2016)

Michael Dudok de Wit ganó en 2001 Oscar a Mejor Cortometraje animado con Father and daughter (Padre e hija), una emotiva parábola sobre la vida que emocionó a Hayao Miyazaki. El precioso corto, con el que cuesta esconder las lágrimas, trajo consigo un e-mail de Studio Ghibli para producir su próxima película, dándole absoluta libertad en la creación.

La tortuga roja también es una historia metafórica que presenta la relación de un náufrago con una isla y la tortuga que le impide escapar de ella. Es un guion poco original, en el que ciertas ideas podrían haberse trabajado más, como la representación del amor. Sus ochenta minutos se hacen largos por la ausencia de diálogos. Si bien es bonita, no contiene ninguna escena que impacte visualmente.


Your name (Kimi no Na wa, 2016)

El planteamiento de Your name tampoco brilla por su novedad, pero su receta de humor, dramatismo y elementos de fantasía le aseguraba ser el plato preferido de medio mundo. Esta historia de amor adolescente entre un chico de la metrópoli tokiota y una chica del pueblo de Itomori que por una razón desconocida intercambian sus cuerpos y sus vidas atrapa de principio a fin.

Todos los personajes forman parte del corolario típico de los anime, y sólo sirven como conductores de la trama. Pero artísticamente es todo tan atractivo, desde la animación a las ilustraciones de los paisajes, que uno no puede más que rendirse. Su banda sonora conmueve, y casa a la perfección con la historia, que te tiene en vilo hasta el último segundo del metraje. ¿Acabarán juntos?

Pikmin Bloom: la diversión de ver crecer la hierba

Pikmin Bloom es el nuevo intento de la asociación entre Niantic y Nintendo por repetir el éxito de Pokémon Go, que a día de hoy es el cuarto juego de móviles con más jugadores y el quinto juego con mayores ganancias por encima del mítico Candy Crush Saga. Recientemente, Niantic anunció el cierre de servidores de Harry Potter: Wizards Unite después de dos tibios años desde su lanzamiento.

Este nuevo juego captó mi atención por los personajes que lo protagonizan. Los Pikmin son unos seres diminutos medio planta que se alimentan de néctar, y cuya misión principal es recolectar fruta. Ya había disfrutado de su precioso y divertido diseño. Los conocía de haber jugado con ellos en tercera entrega de la saga en Wii U, y tenía ganas de probar cómo funcionaban en un smartphone.

Además, Bloom se ha publicitado como una experiencia menos exigente que Pokémon Go, sin incursiones por equipo, ni otras obligaciones de cara a ascender de nivel. La app sólo te exige caminar. Hay algo similar a las incursiones, que tiene que ver con eliminar hongos, pero no están limitadas a una horquilla de tiempo. Puedes mandar a un Pikmin a destrozar una seta y olvidarte. 

Al cabo del rato, el renacuajo volverá con una o más piezas grandes de fruta. Si mandas más, o cumples ciertas condiciones, la recompensa será mayor. De la fruta obtienes néctar para alimentar a los Pikmin, que producirán flores en los tallos de sus cabezas. Las flores serán de cierto color o de cierta especie dependiendo del tipo de néctar que les des. El rojo se obtiene de la cereza, y el amarillo del limón.

Durante las caminatas encontrarás piezas pequeñas de fruta, hongos que destruir y plántulas. Las plántulas deben recogerse para colocarlas en los semilleros. Hay seis huecos, dos de ellos ocupados permanentemente por dos semilleros. Los otros cuatro están destinados a los semilleros perecederos, que desaparecen cada vez que una plántula brota. Cuando esto sucede, un nuevo Pikmin nace.

El número de flores y Pikmin irá creciendo. Cuantos más tengas, más provechosos serán tus paseos porque podrás plantar más flores, y así acelerar el crecimiento de las plántulas, y podrás recoger más piezas pequeñas de fruta de las que obtener néctar. A medida que transcurra el tiempo, tu amistad con los Pikmin crecerá. Si alcanzas los cuatro corazones, obtendrán un disfraz especial.

Al principio no lo entendería, pero es importante dónde encuentras las plántulas. Si están cerca de una peluquería, de una farmacia o de un parque, el disfraz conseguido variará. Esto es importante porque hay disfraces realmente feos. Da rabia dedicarle tiempo a un Pikmin para que termine con una vestimenta que, luego, no le vas a poder cambiar.

Aquí es donde se torció el juego para mí. Realmente, los Pikmin son tus herramientas. No interactúas con ellos, no puedes dedicarle una atención especial, no puedes añadirle los cosméticos que quieras. De queridas mascotas pasan a servilletas de usar y tirar. La cantidad crece sin parar. Diez, veinte, sesenta, cien. Me hubiera gustado poder encariñarme más con ellos, como hice con Miitomo.

Para acabar de estropearlo, si quieres ampliar el máximo de Pikmin, que de entrada es trescientos, debes pagar sí o sí (2,29€ para subirlo a 350). En Pokémon Go puedes conseguir esto con monedas del propio juego; aquí, no. Por lo tanto, llegado a cierto nivel vas a tener que pagar si no quieres eliminar ninguna de tus criaturas. Lo mismo va a suceder con el máximo para néctar, flores y plántulas.

Más allá del pago obligatorio, que molesta mucho, mi principal inconveniente es que no era el juego que esperaba. Yo quería entablar amistad con mis Pikmin y no tener un ejército de esclavos que trabajan para mí en una rueda de hámster, pues las ganancias sólo sirven para invertir en más Pikmin. Subir de nivel no se ningún incentivo para mí, pues no supone ninguna mejora.

También, y esto es algo en lo que se diferencia del juego de consola, los características de los distintos tipos de Pikmin no se explotan en la app. En Wii U los rojos sobrevivían al fuego, los azules al agua, y los amarillos a la electricidad. Aquí da igual porque no se enfrentan a estos peligros. Un mes después sigo con el juego, pero más por obligarme a caminar y salir que no porque me divierta de verdad.

El juego del calamar: ni tanto ni tan poco


El juego del calamar (2021)

En las plataformas digitales, los récords son efímeros. El juego del calamar& (2021) le arrebató en octubre el puesto de serie más vista de Netflix a los Bridgerton (2020). No sorprende su éxito dadas las similitudes que guarda Alice in Borderland (2020), cuyos número no fueron malos, pero sorprende que el ascenso haya sido tan meteórico.

Ambas comparten el mismo planteamiento: un grupo de personas compite por superar una serie de retos en los que caer derrotado significa perder la vida. Sin embargo, mientras la japonesa dibuja un thriller de corte fantástico, donde los personajes son teletransportados a una especie de universo paralelo, la serie de Hwang Dong-hyuk, en cambio, se asienta en la realidad actual

Un joven alto y trajeado se encarga de reclutar a personas con problemas económicos, legales o de exclusión social en un macabro juego. El bote final son 45.600 millones de wones (unos 33 millones de euros). Asimilado el shock inicial al ver a los primeros caídos, la desesperanza y la necesidad empuja a estos paria del primer mundo a intentar llegar hasta el final.

La desigualdad social está en la casilla de salida de la serie, pero luego no se profundiza en ella. El director prefiere centrarse en el desarrollo emocional de unos personajes que acaban por ser demasiado prototípicos. Si bien vuelve a hablar de injusticia social cuando se desvela el origen del juego, la reflexión resulta tan grandilocuente como manida.

Pese a todo, el dramatismo de El juego del calamar no supera las cotas de Alice in Borderland, repleta de recursos hiperbólicos e inverosímiles procedentes del manga en el que está basada. Aquí las pruebas no tienen una solución que permita salvar a todos, sino que están basadas en juegos infantiles donde el azar iguala las posibilidades de los participantes.

Se ha criticado mucho la serie por su indisimulado machismo. A mi parecer, dentro de la trama tiene sentido. Una ficción sobre las miserias de la humanidad contemporánea no puede obviar el omnipresente sexismo. Pero también es cierto que no pocas veces el guion es misógino sin pretenderlo. Este otro artículo se apuntan varios ejemplos.

Si debo resaltar algo de El juego del calamar serían la subtrama del tráfico de órganos y la del policía. Ambas nos muestran las bambalinas de la competición, y añaden ingredientes de caos que permiten, no sólo que el espectador gane una información a la que los jugadores no pueden acceder, sino que un ingrediente de caos desestabilice la balanza en favor de las víctimas de modo convincente.

El último episodio deja cabos sin atar que se cerrarán en una segunda temporada sin fecha de estreno. Hwang Dong-hyuk, guionista y director, afirmó que tardará en llegar, pues esta primera le drenó toda la energía. Personalmente, el final me pareció un sinsentido porque busca una gran lección en un producto de entretenimiento que no da para más. La respuesta a todo no puede ser una frase Mr. Wonderful.

Incómoda violencia: Outlaws and Angels y The square


Outlaws and Angels (2016)

Vi este western con mi padre y me dejó descolocado. Perseguidos por un cazarrecompensas, un grupo de forajidos se ocultan en la casa de una familia humilde y devota. A partir de aquí comienza un intercambio de papeles muy interesante en el que descubrimos que nada es lo que parece. Me sorprendió para bien todo el metraje excepto el final, que se alarga en exceso.

Coge muchos clichés del género, desde personajes a recursos como los primeros planos y el zoom, para mostrar una violencia descarnada y atroz. Quedé impactado y sin palabras con muchas escenas. Y las más duras no son necesariamente las que más sangre derraman. Varias veces intuí lo que estaba a punto de suceder, y aún así el director consiguió superar mis peores expectativas.

En el polo opuesto, está The Square del director Ruben Östlund. Como bien me apuntó mi pareja™, Outlaws and Angels muestra un mundo sin ley donde la fuerza bruta manda, mientras que el film sueco habla de una sociedad con rígidas normas sociales donde la violencia se estiliza y difumina para que las clases bienestantes puedan consumirla en forma de ocio.

Durante la preparación de una exposición acerca del altruismo, el director del museo de arte contemporáneo de Estocolmo sufre el robo de su cartera y su móvil. A partir de aquí, las malas decisiones del protagonista desencadenará un esperpéntico efecto mariposa que, en vez de empujarlo a reflexionar sobre sus errores, lo enquista en la defensa de sus desaciertos.

Se ha apuntado que la película peca del elitismo que pretende criticar, y lo cierto es que la instalación artística está inspirada en una que el propio Östlund montó. Sin embargo, las largas tomas y silencios son recursos habituales en sus películas anteriores cuyo objetivo es generar desasosiego en el espectador. No son un mero añadido estético para imbuir la historia de una impostada profundidad.

The Square divierte, incomoda e invita a la reflexión. Cuando la violencia física aparece, los personajes quedan estupefactos sin saber cómo reaccionar. Outlaws and Angels, aun sin ser tan redonda, deja al espectador en un estado de desconcierto similar. Ambas han dejado huella en mí. Es imposible no seguir pensando en ellas después de los créditos.


The square (2017)

Switcheando: My Friend Pedro, Katamari, Serial Cleaner, Unruly Heroes, Dragon FighterZ y Mini Motor Racing X

My Friend Pedro es un juego de disparos con desplazamiento lateral lleno de humor absurdo. Es una parodia de las películas de acción, donde la hipérbole transgrede las leyes de la física. Tiene niveles de dificultad para todo el mundo. Aunque pude pasármelo en el modo más fácil, me resultó exigente, pues debes controlar muchas cosas con demasiados botones: el tiempo bala, el disparo doble, la esquiva, el salto, el cambio de arma, el lanzamiento de objetos,... Me resultó muy, muy entretenido.

Katamari Damacy Reroll es el juego más estrambótico que he visto nunca. El príncipe de una especie alienígena debe reconstruir el firmamento recogiendo objetos con su katamari, una esfera rodante donde todo se queda adherido. Cada pantalla te pone como reto hacer un katamari de cierto tamaño. Su humor es muy japonés, más de lo que me esperaba. Sin embargo, los controles me resultan algo confusos y no alcanzo a pillarle el ritmo. 

Serial Cleaner ha sido una decepción para mí y una adicción sin límite para mi pareja. En este juego de puzles eres el encargado de hacer desaparecer las pruebas de los asesinatos perpetrados por la mafia. Debes llevarte los cadáveres y las pistas del lugar del crimen sin ser descubierto por la policía. Si bien cada reto es independiente, están todos dentro de una narrativa en la que el protagonista intenta dejar su sucio negocio. Sumado a los bugs que tiene esta versión, el aburrimiento impidió que lo continuara.

Inspirado en el clásico chino Viaje al Oeste, Unruly heroes es un juego de plataformas en el que debes combinar las habilidades de los cuatro personajes para poder avanzar: las esferas de energía del monje Sanzang, el bastón extensible del rey mono Wukong, las habilidades para flotar del cerdo Kihong y la fuerza del poderoso Sandmonk. Entretenido y asequible para jugadores no muy habilidosos, encandila sobre todo por el apartado visual y su rejugabilidad.

Sabía que no debía comprarme Dragon FighterZ. No porque sea un mal juego, sino porque me falta destreza para los juegos de lucha. Aunque el nivel más fácil te permite jugar sin sufrir en exceso, la mayoría de las veces no sé qué estoy haciendo. Sólo aporreo botones, incapaz de acordarme de todas las combinaciones. Lo que más me gusta es el alucinante parecido de los combates con el anime. Muchas escenas que podrían pertenecer a la serie. La infinidad de guiños hacen las delicias de cualquier fan.

Mini Motor Racing X es un sencillo juego de coches de estilo arcade. Con cada cuatro victorias desbloqueas nuevas pistas y ganas dinero con el que mejorar tu automóvil.  Hay varios vehículos para elegir. Los circuitos son cerrados y consisten en dar un determinado número de vueltas. Hay cierta variedad, aunque muchos de ellos se repiten con ligeras modificaciones: de noche, en sentido contrario,... He disfrutado bastantes horas su estilo a medio camino de la caricatura y el realismo.

Cine español en cartelera: El buen patrón y La hija


El buen patrón (2021)

Justo el día que la vi, salió la noticia de que había sido nominada a 20 premios Goya. No sé si la película es tan excelente como para acaparar tantos premios, pero lo cierto es que me lo pasé en grande en el cine. Es una película muy divertida, con un humor muy ácido. Cada una de las palabras de los diálogos del guion es un acierto. El olor a naftalina atraviesa la pantalla.

Javier Bardem lo borda en su parodia del jefe paternalista que en el fondo es un hijo de puta, o como gusta llamar en otros lares, una persona decente. La parodia no llega al punto del histrionismo, de ser una caricatura deformada de la realidad. Como diría el protagonista, dueño por herencia de una fábrica de básculas, todo está muy bien "equilibrado". Hacía tiempo que no me reía tanto.


La hija (2021)

La hija tiene un guion tan plano que podría ser una peli de tarde de Antena3. El tráiler, que no vi completo por miedo a destriparme partes de la trama, pinta mejor de lo acaba siendo. Creo que el problema de este thriller en que una pareja ofrece cobijo a una adolescente embarazada a cambio de adoptar el bebé son las interpretaciones y sus primeros tediosos 90 minutos.

Javier Gutiérrez, que había conseguido gustarme en otros thrillers, me parece que es incapaz de hacer otro papel. No tiene matices, igual que el resto del elenco, la música y su fotografía. Hay buenos planos de paisajes, y los minutos finales son cinematográficamente muy interesantes, pero hay una sensación de déjà vu que le resta impacto. No se siente original, sino la mala copia de algo que ya pasó.